El vampiro cierra el puño, llevándoselo al corazón en una extraña muestra de dedicación. “Venimos a jurar nuestra lealtad, a mostrar nuestro respeto y compromiso con los Guardianes del Reino. Viviremos según los pactos de los Guardianes. Queríamos que supieran que no tienen nada que temer ni que preocuparse por mi aquelarre”. Cuando termina de hablar, él y su aquelarre se arrodillan e inclinan la cabeza.

Miro a Liam, sin saber qué decir. Parece tan perdido como yo. Doy un paso adelante y siento que Liam se mueve detrás de mí, dispuesto a arrastrarme si se trata de una trampa.

“Levántate, Rey Urien. Te agradezco que hayas venido aquí para informarme de tu lealtad. Nunca ha sido mi intención matar a nadie de tu especie, pero cuando alguien venga a por mí o los míos, será destruido”. Alessia se ha adelantado y su voz se superpone a la mía. Veo que los vampiros levantan la cabeza al oír mi voz.

“Guardiana, si alguna vez nos necesitas, estamos aquí para servirte”.

Se levantan, se giran