Cuando me despierto, estoy en un estado de sueño. Estoy caminando por un bosque. Oigo pequeños animales que se mueven, pero nada más. Es un lugar muy tranquilo. Hermoso, pero solitario. ¿Dónde está todo el mundo?

“¿Hola? ¿Liam? ¿Alessia?”, llamo en voz alta.

‘Estoy aquí’, dice Alessia, que suena agotada.

‘¿Dónde estamos?’.

En mi cabeza, ella levanta la cabeza del suelo y mira a su alrededor. ‘Conozco este lugar’.

‘¿Dónde estamos? ¿Estamos cerca de las tierras de la manada?’.

‘No', dice, justo cuando Clint sale de los árboles delante de mí.

‘¡Clint!’. Corro hacia él, abrazándolo. ‘¡Creía que estabas muerto!’.

‘Lo estoy, cariño. Era mi hora. Pero, ¿por qué estás aquí? No es tu hora’.

Vuelvo a mirar a mi alrededor. ‘No sé por qué estoy aquí. Desperté aquí’. Me giro para mirarlo, horrorizada. ‘¿Estoy muerta? ¿Dónde está Liam?’, exijo.

‘¿Oyes a Alessia en tu cabeza?’, me pregunta.

‘Sí. Puedo oírla’.

‘Entonces, no estás muerta. ¿Qué tal si echamos un vistazo e intentamos averi