Ya han pasado más de doce horas desde que el Alfa Denzel y yo estuvimos en el jardín. A pesar de haberme duchado, frotado, y vuelto a lavar con un jabón diferente, siento que puedo oler el rastro de sus dedos sobre mi piel, y ésto me está volviendo loca, porqué no sé como hacerlo desaparecer.
Aunque el olor del Alfa me preocupa, también lo hacen los rugidos de mi estómago, que no deja de castigarme con vergonzosos rugidos de hambre. No he vuelto a salir de mi cuarto desde lo sucedido, y evidentemente, siento hambre. Pero era tal la vergüenza que sentía con solo imaginar que podía cruzarme con Alfa Denzel en el comedor, que he preferido permanecer aquí encerrada, sin permitir que nadie me visite. He dicho que sufría malestar en el estómago, y que seguramente fuera contagioso, para evitar que Vicenta entrara en la habitación y descubriera la realidad. Pero me siento al límite de mis fuerzas, y decido salir de aquí. Sé que en algún momento tengo que abandonar estos muros, y pre
Después de la excursión de compras a la ciudad, Danisa y yo hemos. Estado viéndonos con frecuencia. A veces se unen también sus amigas, a las que al parecer conoce desde el jardín de infancia, y otras veces quedamos solo ella y yo. La verdad es que Danisa se está convirtiendo en una buena amiga para mi, y me alegro por ello, porque desde que me obligaron a salir del internado, no he podido hablar con ninguna chica de mi edad. Danisa es divertida, alocada, y me obliga a ayudarla en los complots más estrafalarios que he oido jamás, como por ejemplo, cuando me pidió que la ayudara a fingir, ante la cocinera de la manada, que sufría una terrible enfermedad intestinal que solo podía curarse comiendo unas cuantas onzas de chocolate. La pobre mujer se alteró tanto al pensar que una muchacha tan joven y bonita podía estar sufriendo por su culpa, que le dio una tableta de chocolate entera.Hoy h
Al final, Danisa y yo nos pasamos más de dos horas ojeando coloridas fotos, y probando distintos peinados, y tras darnos cuenta de nuestras escasas habilidades para la peluquería, acabado cepillando y planchando el pelo de Danisa, que queda impecablemente liso. La ayudo a maquillarse los ojos con un vivaz tono verde claro, y cuando la veo finalmente arreglada,me sorprende lo perfecto que es todo el conjunto. Danisa, de algún modo ha conseguido fusionar la sofisticación que ella deseaba, con el estilo fresco y alegre que suele llevar a diario. La observo dar vueltas con el increíble vestido multicolor, y me siento contagiada de su alegría.Cuando finalmente acabamos con ella, me siento yo en el tocador, y dejo que Danisa despliegue toda su creatividad con mi cabello. Al fina acabo luciendo un moño de estilo años cincuenta, que queda muy elegante, y conjunta perfectamente con el vestido que me he comprado para la ocasi&oac
Siento las pesadas garras del Alfa Denzel apretando mis miembros, y durante varios segundos tengo la desagradable sensación de que me va a despedazar. He intentado soltarme de su agarre, pero no creo que sea posible, pues sus garras son fuertes, y su cuerpo musculado exuda poder.Se aleja corriendo, conmigo entre sus ‘brazos, y mientras nos alejamos puedo escuchar los gritos alterados de Albert, que se ha quedado parado en el mismo punto en el que hace tan solo unos minutos nos besábamos con frenesí. Escucho su voz cada vez más lejana, y puedo oír como le pide a Alfa Denzel que vuelva y descargue su ira contra él.Nos metemos en el bosque, y a pesar de la oscuridad que nos rodea, puedo reconocer los lugares por los que hemos pasado juntos en nuestras carreras matutinas.- Denzel, suéltame.- le pido yo.- te acompañaré adonde me pidas, pero no quiero que me lleves en brazos como si no pudiera cam
Estoy corriendo a un ritmo frenético, y a pesar de notar el dolor en los miembros, no quiero relajarme, no siento que deba,ni pueda. Creo que si paro no podré contenerme, y volveré al lugar en el que he abandonado a Emerald suplicando su perdón.Cuando me ha confesado que aún es virgen no la he creído, luego me he fijado en su expresión asustada, en sus ojos intensamente abiertos ante la visión de mi pene erecto, y he comprendido que me estaba contando la verdad.Y al ser consciente de ello, me he sentido como una bestia a punto de penetrarla en medio de un bosque oscuro, y sin prepararla adecuadamente para su primera vez.Sé que debería haberla acompañado de vuelta a la fiesta, y haberme disculpado por lo que he estado a punto de hacer, pero la sensación de haber cruzado todos los límites ha sido tal, que he necesitado huir al bosque, refugiarme entre los árboles q
- Denzel, quédate en la cama. Es muy tarde, y seguro que está mal visto que el Alfa ande por ahí entrando y saliendo de un cuarto en el medio de la madrugada.Se lo susurro con tono sensual, y pongo un puchero cuando él se gira hacia mi. Lo veo meditarlo durante unos instantes, y al final se mete entre las sábanas, y nos tapa a ambos con las mantas.- Descansa, pequeña Emerald, ha debido de ser un día lleno de emociones para ti.Yo me acurruco junto a su cuerpo, y dejo que el sueño me alcance, y efectivamente siento que he vivido en un día mucho más de lo que nadie puede procesar en tan pocas horas.Despierto de madrugada, y me resulta extraño, pues normalmente suelo dormir la noche entera, sin interrupciones, pero me doy cuenta de que lo que me ha despertado ha sido el Alfa Denzel vistiéndose, y preparándose para irse de la habitación.- ¿Te va
- Danisa, qué bueno verte, pensé que aún seguirías en la cama después de la súper fiesta de ayer noche.- Vaya, vaya, Emerald, no es que tú te quedaras mucho rato, así que no sé como puedes saber hasta que hora duró.Yo enrojezco al pensar que si sé la hora hasta la que duró es porque el sonido de la banda tocando en el salón llegaba hasta mi cuarto, en el que yo dormía con el Alfa Denzel.- Me tienes que contar todo lo que hiciste anoche, que a primera hora me dejaste sola, y no volví a encontrarme contigo.Ahora le toca el turno a Danisa de ponerse roja de vergüenza. La veo agachar la mirada, jugar con la comida, que hay en su plato, y evitar mi mirada.- Lo siento, Emerald. Es que anoche, me dirigía a por otra copa, a la barra, y el Beta Michael me secuestró. Me dijo que le había puesto muy celoso verme hablando con
Después de ver el gesto pícaro de Danisa cuando abandonaba el salón con el Beta Michael, me doy cuenta de que no va a volver a tiempo para acabar su comida, que se ha quedado a medias en el plato.Yo sigo comiendo distraídamente, y cuando al fin me siento llena, decido llevar mi bandeja y la de Danisa a la zona de limpieza. Lo cierto es que la audacia de mi nueva amiga me ha hecho perder el apetito, pues me pregunto si habrá algo mal en mi interior, ya que hasta hace pocos días nunca había sentido deseo por ningún hombre. De hecho, durante mi ceremonia de apareamiento con mi primo Aldo, lo que más sentía era repulsión, solo pretendía acostarme con él como parte de mi deber con mi manada, y en cierto modo, me sentí aliviada cuando no tuve que pasar la noche entre sus brazos.Doy un breve paseo por los pasillos desiertos, y cuando me doy cuenta de que no tengo ninguna obliga
Después de este episodio en la biblioteca, apenas puedo mirar a Albert, mi parte pudorosa me dice que no puedo cambiar de un hombre a otro así, sin decidirme; en cambio, mi recién descubierta parte traviesa, me hace saber que ninguno de los dos me ha pedido que mantengamos una relación en exclusiva. Sé que la mayoría de lobas de mi edad han estado ya con varios chicos, algunas incluso están ya casadas, pero en mi caso, mi despertar sexual ha sido tan tardío, que no puedo dejar de escandalizarme al pensar en las pocas horas que hace que perdí la virginidad con el Alfa Denzel. Camino sin rumbo por la casa, busco a Danisa en su cuarto,pero no está allí,y no sé a quien preguntarle por ella. Me gustaría encontrarla, y hablar sobre lo que me está sucediendo, aunque por otra parte, lo pienso mejor, y soy consciente de que no debería andar por ahí contando historias del Alfa de la manada. Bajo de nuevo las escaleras, salgo a la puerta, y respiro varias veces con inhalaciones