Odell apretó dos veces más antes de soltar la pantorrilla.

Sylvia permaneció inmóvil.

Odell la miró de reojo. "No te muevas. Me lavaré las manos y vuelvo enseguida".

"Esta bien". Fue una respuesta muy obediente.

Odell la miró nuevamente y entró al baño.

Sylvia respiró hondo y empezó a calmar su inquietud.

Al poco rato, él salió del baño.

Ella se había arreglado la ropa y estaba sentada en la cabecera de la cama.

alzó la cabeza para mirarlo.

Él también la miraba.

Inmediatamente surgió un ambiente inexplicable e incómodo.

Sylvia dijo: "Gracias por lo de antes".

Odell la ignoró y simplemente la miró fríamente.

De repente, ella también se sintió un poco molesta. Si él no la hubiera acosado, ella no habría forcejeado hasta que se acalambró la pierna.

Sin embargo, sus acciones cuando masajeó su pierna fueron bastante gentiles.

Sylvia pensó y añadió: "Me equivoqué al aceptar casarme contigo para vengarme de Tara. Por eso, te pido disculpas. Puedes regañarme si sigues enfadado.