Capítulo 291
Dado su temperamento, ¿no le habría preguntado por qué ella le había ignorado?

¿Por qué llevaba una sonrisa tan cálida pero extraña en su rostro?

De todos modos, era mejor que su mirada helada habitual.

Sylvia tarareó a modo de respuesta.

Odell se dirigió a la parte trasera del coche y abrió el maletero.

A continuación, Sylvia le vio sacar un ramo de rosas. Tal vez había allí noventa y nueve tallos de rosas.

Luego, llevó las rosas y se las entregó.

Sylvia se quedó atónita unos segundos antes de preguntar incrédula: "¿Son para mí?".

Al ver que estaba confusa y nada sorprendida, Odell se molestó un poco y preguntó: "¿Hay alguna otra mujer aquí aparte de ti?".

Sylvia dejó escapar una risita incómoda.

Odell frunció el ceño y dijo: "Cógelo".

Sylvia susurró: "Eh... No, gra-".

Antes de que pudiera pronunciar la palabra "gracias", se dio cuenta de la mirada sombría de él.

"Cógelo... ahora", dijo con frialdad.

Los ojos de Sylvia se desviaron un poco y extendió nerviosa
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