Ava había salido de la sala de juntas con el nudo en el centro de su estómago, la mirada asesina de parte de Christine le había hecho sentir demasiado incomoda en toda la reunión, algo que claro, Björn era ajeno.
— ¿Ya te vas a ir? —escuchó a Björn preguntar desde su escritorio, Ava levantó la mirada.
—Sí. Solo terminaré esto y me retiro…
— ¿Y qué harás? —preguntó Björn, Ava no tuvo palabras rápidas para responderle en ese momento, solo hizo un movimiento de hombros. —Entonces, ¿Cenamos? —Ava se tensó y él lo notó. —Si no tienes planes o de plano vas a ponerme esa línea divisora entre jefe y empleado.
Ava se sorprendió por sus palabras.
—Creo que lo mejor de todo es…—detuvo sus palabras cuando Björn se levantó de manera elegante de su silla, luego comenzó a desanudar su corbata y sin dejar la mirada en ella, se acercó hasta estar frente a su escritorio, bajó la mirada y luego soltó el aire por nariz.
Pareció estar irritado.
— ¿Lo mejor de todo es….?—Björn la invitó a terminar la oración, pero las mejillas sonrojadas de Ava, le hicieron dar a entender que no seguiría. Miró el reloj y luego a ella. —Ya es la hora de salida, eso quiere decir que no soy tu jefe en estos momentos.
—Estamos en la oficina aún. Para mí aún sigue siendo mi jefe…
—Entonces salgamos del hotel para poder decir que solo soy un simple hombre soltero pidiéndole usted que tengamos una deliciosa cena en mi suite. —Ava arqueó una ceja.
— ¿No cree que el personal comenzará la habladuría si nos ve subiendo a su suite?
—Desde hace muchos años no me importa lo que piense la gente, si haces las cosas bien, de todos modos hablarán, entonces, ¿Qué más da lo que digan? —Björn metió sus manos en los bolsillos de su pantalón de vestir. Tomó aire y ahora lo soltó entre sus dientes.
— ¿Y si cenamos en otro lugar? —preguntó Ava. —Así tendría más comodidad para poder hablar de lo que se ha estado posponiendo.
Björn presionó sus labios con dureza, ese simple gesto hizo que su quijada se enmarcara, Ava dedujo que estaba empezando a irritarse más de lo que ya estaba.
—Bien, elige. —dijo sin más, Ava estuvo a punto de reírse discretamente al ver el gesto de rendición de parte de él. Se cruzó ella de brazos y luego suspiró.
—Bien, mejor elija usted. No conozco bien aún el lugar, solo conozco la cafetería de empleados y el área de estar.
Björn arqueó la ceja.
— ¿Solo eso? —el tono de voz de Björn estaba cargado de sorpresa.
—Sí. Y vagamente cuando fui a la bienvenida de empleados, pero en sí, no recuerdo bien esa noche…—él se dio cuenta que se refería la noche de la subasta. Se tensó, el nudo en su estómago creció, arrugó su ceño, eso le recordaba lo que le preocupaba muy en su interior y que había dejado para luego.
—Oh, bueno, —comenzó a decir Björn, pero fue interrumpido por el toque en la puerta de cristal de la oficina, él giró su rostro y se dio cuenta de la presencia de Nicoletta Costa. Del otro lado, ella sonrió. —Creo que cancelaremos la cena de hoy. —regresó la mirada hacia Ava, quien arrugó su ceño, luego asintió en respuesta a sus palabras.
—Claro, claro, otro día será. —Ava miró a la mujer elegante del otro lado de cristal que no tenía intención de entrar, le hizo seña con el dedo índice a Björn para que se acercara. Él asintió, luego se acercó a la puerta y la abrió.
—Buenas noches, señora Costa.
—Björn, querido, ¿Puedo robarte esta noche? —Björn alzó sus cejas por un momento en sorpresa a su petición.
— ¿Pasa algo? —ella tenía intención de hablar, pero vio a la asistente levantarse de su escritorio y recoger su bolso.
—Oh, ¿Ocupado? —Björn miró hacia a Ava, luego miró a Costa. Sabía que tenía que ir con ella, ya que ella había venido a él y debía de ser importante.
—Mi asistenta ya se va… —respondió él, Ava sintió una punzada en el centro de su estómago al escucharlo.
—Buenas noches, —saludó Ava educadamente, Costa solo asintió en respuesta, caminó hasta a ellos, Costa se hizo a un lado para que pasara, mientras Björn se encontraba pegado a la puerta. Ava caminó por el pasillo hacia el elevador, Sussan ya se había retirado una hora atrás, así que estaba completamente solo esa área. Al llegar al elevador, miró hacia la oficina y ya no vio a la señora elegante, ambos estaban en el interior de la oficina.
—Tranquila, Ava. —se llevó una mano a su corazón, como si ello fuese a calmar como se estaba sintiendo en ese momento. La campana de llegada sonó, las puertas se abrieron y antes de entrar, sintió como fue jalada del codo, apenas alcanzó a jadear cuando vio a Björn.
—Te veo más tarde. —dijo él seguro de que así sería, Ava sutilmente se soltó del agarre de Björn, ella presionó sus labios.
—Será otro día. —dijo en un tono tranquilizador para él, pero este arrugó su ceño, intentó tomarla del brazo pero ella fue más rápida, entró al elevador y presionó el botón para ir al piso de empleados. —Buenas noches, señor Hoffmann. —las puertas de cristal se iban a cerrar, pero Björn lo detuvo con su mano.
— ¿Otro día? —estaba confundido.
—Sí. Otro día. —repitió Ava, controlando su sentimiento de irritación de la que no tenía idea de en qué momento había aparecido. —Como usted lo dijo antes de yo retirarme de su oficina, “La asistente ya se va…”
Los labios de Björn se estiraron un poco.
— ¿Estás…celosa? —esa pregunta caló en algún lugar del interior de Ava, ¿En su orgullo?
—No. No tengo por qué estarlo. Ni que fuéramos alg-…. —detuvo su oración.
—Hoffmann. —escuchó a su espalda, Costa se dio cuenta de la escena de ellos dos. —Tengo que tener una respuesta. —Björn presionó sus labios, se enderezó y retiró lentamente la mano de la puerta de cristal. Esta comenzó a cerrarse frente a él, del otro lado, Ava estaba roja como un tomate. Momentos después, ella desapareció de su vista, en lo que eso sucedía, Nicoletta estaba llegando detrás de él.
—Ni que…—susurró Björn, pero fue interrumpido.
—Pareces un adolescente, Hoffmann.
Ava cerró la puerta de la casa donde se alojaba, se recargó y se quedó pensativa. No tenía ni el mes trabajando para Hoffmann y ya tenía su vida patas arriba, era la primera vez que sentía algo así por un hombre.— ¿Estás bien? —escuchó la voz de su compañera, Yany. Ava asintió rápidamente y comenzó a caminar hacia su cuarto, pero la detuvo. — ¿Sigues sin hablarte con Alice? —Ava miró a la joven a su lado.—He intentado hablar con ella, pero al parecer está empeñada en esquivarme no sé por cuánto tiempo más. —Yany hizo una mueca de “Oh”—Lo siento, ¿Quieres que hable con ella para que hagan las paces? —Ava negó rápidamente.—Yo lo voy a solucionar, gracias por tu preocupación. —ya iba a retomar su c
Björn se recargó en el sillón de cuero negro que estaba en la oficina de Nicoletta, mientras ella se acercó al mueble de las bebidas para servirle un trago, al terminar, se acercó hasta a él y le entregó el vaso de cristal.—Así que, —comenzó a decir Nicoletta al sentarse en otro de los sillones de cuero negro, cruzó una pierna sobre la otra, lanzó una mirada a Björn quién esperaba a que hablara de una vez. —…la joven que has comprado en la subasta sigue trabajando como tu asistente personal. —Björn se tensó.—Sí. —solo dijo eso él, luego dio un largo sorbo a la bebida, sus ojos estaban puestos sobre ella, al terminar, habló. —Veo que mi madre te ha puesto al día.—No tiene nada de malo, más cuándo ella y yo trabajamos para un fin en común.&
Ava estaba sentada en la alfombra de su habitación, a oscuras, pensando detenidamente el enfrentamiento con Alice, sería incomodo seguir viviendo con ella bajo el mismo techo, incluso sus palabras de que por ella había conseguido ese trabajo, le hizo sentir de la mierda. Pensó por un momento que podría terminar el mes y con ese dinero regresar a la ciudad y buscar un nuevo empleo, luego pensó en que tenía que separar para el depósito y la renta de un departamento, cerró los ojos y dejó su cabeza contra la base de hierro de la cama.—Mínimo seria estar un par de meses más si quiero sobrevivir en la ciudad…—susurró para sí misma, el celular vibró en la mesa de noche más cercana a ella, Ava solo miró la luz contra el techo, siguió vibrando, ella sabía quién era, si seguía acercándose a él de esa manera
Nicoletta estaba algo tensa por como Björn se había puesto, sabía que luchaba a diario con sus problemas de ira, y por ello había dudado en mostrar la evidencia esa misma noche, pero era mejor de una vez para quitarse de encima a Christine y a Bruno.—Dime algo, ¿Y qué pasó en la cena de beneficencia? —Björn arrugó su ceño y entendió lo que estaba preguntando.—Ya debes de saberlo, ¿Qué no todo lo hablan mi madre y tú?—Bien, solo quería que tú me contaras. —contestó ella arqueando de nuevo esa ceja perfecta. —Efectivamente, estamos al día de todo.— ¿Eso quiere decir que la tienes al día con lo que sucede conmigo y mi asistente? —ella presionó sus labios con dureza, se dio un tiempo antes de contestar esa pregunta, tomó un sorbo y lo disfrutó
Ava dio vueltas un y otras vez en su cama, la imagen de Björn no la dejaba en paz, miró el reloj de la mesa de noche y descubrió que apenas eran las dos de la madrugada, se removió de nuevo y luego se sentó en la orilla de la cama, soltó un largo suspiro. —Björn, Björn, ¿Qué es lo que estás haciendo de mí? —se llevó una mano a su pecho y sintió latir a toda prisa su corazón, sus pensamientos se alinearon con él. —Estás loca, Ava Elizabeth Gray. Definitivamente lo estás…—se levantó de la cama y se puso un cambio de ropa para salir, alcanzó su abrigo ya que estaba haciendo bastante frío, a hurtadillas salió de la casa sin que nadie lo notara, incluyendo la vigilancia 7/24 que tenía discretamente por parte de Björn. Ava sin ser vista, subió en uno de los elevadores del hotel, las puertas del elevador se abrieron ante ella en el último piso, al salir, escuchó como las puertas se cerraron detrás de ella, se abrazó a sí misma y repasó una y otra vez lo que le diría a Björn
—Vaya, ¿Qué hace el hijo favorito en la ciudad? No sabía que estabas en el país…—comentó Björn, Bruno sonrió de oreja a oreja.—He solucionado mis problemas personales, ya estoy de regreso. —Björn arrugó su ceño por un momento.— ¿No ibas a estar fuera seis meses? No tienes ni el mes que me dejaste a cargo.—Aun no tomaré de regreso las riendas de lo que te encomendé. Nuestro padre tiene otros planes para mí en estos meses antes de regresar por la administración del hotel y del club. —Al terminar decir “Club” Bruno sonrió de manera malévola y lo sabía Björn, supuso de inmediato que al hacerle énfasis, era por las subastas millonarias con las mujeres que se hacían mensual, pero lo que aun él no sabía era que Björn acabaría co
Por la mañana, Ava tenía su mirada perdida en algún punto fijo de la máquina de capuchinos que habían instalado semanas atrás en la cafetería de empleados del hotel, el pitido de la misma maquina la hizo salir de sus pensamientos por un momento, retiró el vaso y se giró para buscar una mesa libre dónde tomarlo antes de subir a la oficina central y empezar el día de trabajo. Esa mañana intentó maquillarse un poco debajo de los ojos para evitar que se le notara las líneas que se le formaban con facilidad al no tener un buen descanso.“¿A dónde habrá ido a esa hora?” se preguntó mentalmente, la imagen de Christine le hizo presionar sus labios, “Esa mujer…” negó al cerrar sus ojos y al abrirlos, Thomas, el jefe de seguridad de Björn, estaba entrando a la cafetería, -era ella y dos mesas al fondo del lugar e
Horas atrás…“—Y la fiesta apenas comienza, hermano.”Las palabras de Björn hacia Bruno habían encendido la ira, uno estaba decidido a ponerse una careta ante ellos para así poder seguir con sus planes de venganza, y el otro, se sintió ofendido por qué se le estaba arrebatando por lo que tanto había trabajado estos años, fingir ser el hijo favorito de su propio padre y ceder a todo lo que él le pidiera y así fuese más fácil el cederle el poder, pero, “¿En qué momento todo ha cambiado?” Bruno se preguntó una y otra vez esa pregunta mientras miró a los ojos a su hermano.—Si es todo, me retiro. —Bruno anunció al mismo tiempo que giró su mirada a su padre, quién aun siguió en la cama observando detenidamente cada movimiento de cada uno de sus hijos. &mda