– Bien, si tú lo dices, daré la orden de retirada, pero me quedare con mis hombres de confianza, sabes que no creo ni una sola palabra a ese lunático.– Gracias – colgó la llamaba – Dime que tienes un plan – me susurro Chloe, Guillermo noto que había terminado con la llamada y camino de regreso a nosotros – Solo confía en mi – le murmure – pronto todo acabara –Sabía que estaba dudando de lo que le decía, porque incluso yo estaba confiando demasiado en mi buena suerte, pero negociar con Guillermo era lo mejor que podía hacer en estos momentos, eso y esperar a que mi intuición no estuviera equivocada. Guillermo me entrego mi teléfono para que cumpliese con la otra parte de su trato, llame a mis contactos, el banco no tuvo problemas con acatar mi petición mientras que el tribunal me hizo tramitar más las cosas por burocracias internas, de igual manera conocía a un par de personajes importantes allí y luego de un par de llamadas todo quedo solucionado, Guillermo recibió un par de notif
¿Alguna vez has estado en una situación que lleve a tu cuerpo reaccionar más allá de tu mente? El tipo de situación donde por más que intentas mantener la calma pareciera que tu cerebro simplemente se ha desconectado por completo del resto de tu ser, puedes sentir tu cuerpo temblar, sentir el acelerado ritmo de tu corazón y la errática respiración que intentas mantener y mantener, tus manos sudando más allá de lo normal y tus rodillas parecieran que en cualquier momento van a ceder para dejarte a la intemperie de la gravedad ¿Has sentido alguna vez esas cosquillitas en tu nuca acompañadas del pánico? Un susto sorpresivo que llega de pronto y pareciera congelar tu corazón para luego aporrearlo con total brutalidad contra tus costillas. Pero aun así te mantienes en pie, repitiéndole una y otra vez a tu cabeza que todo saldrá bien. Cuando entre a la universidad me enseñaron una palabra que hasta entonces jamás había ocupado como parte de mi vocabulario, pero que había estado aplica
– ¿Es verdad eso? Ethan – Guillermo se volteo rápidamente a Ethan – Anda cariño – ironice – dile la verdad – Ethan me miro por unos segundos, pareciera estar pensando demasiado las cosas, pero abrí mis ojos de par en par, esperando a que entendiera la seña de "Sígueme el rollo" el tenía que saber seguir mi juego, ya había mentido demasiado por los dos. Ethan bajo la mirada y guardo silencio unos segundos, el tiempo paso tan rápido y ni siquiera note que había aguantado la respiración hasta que comenzó a reírse. – Pero ¿Por qué te sorprende tanto? Guillermo – lo miro con gracia – ¿Acaso no sabes cómo funcionan las cosas en mi mundo? Un matrimonio por conveniencia es simplemente el pan de cada día. – Que esperabas Guillermo ¿Qué lloremos por nosotros? ¿Qué nos gritemos cuanto nos amamos mientras nos amenazas con tu pequeño juguete? Eso es solo m****a, supongo lo entenderás ahora que sabes que esto es solo negocios para nosotros. – Veras Guillermo, comprar a la gente es sencillo, pe
>La ambulancia pareciera no ser lo suficientemente rápida para mis nervios, Chloe había cerrado sus ojos y verla inconsciente me estaba viviendo loco. La desesperación y las lágrimas tapaban mi visión, y apenas era capaz de reaccionar a lo que los paramédicos me decían, era como si todo pasara tan lentamente que no lograba procesar ni comprender que me hablaban. Hasta que finalmente uno de los paramédicos en la ambulancia me grito "Llegamos" y luego tiro de mi alejándome de la camilla en la que iba chloeDe alguna forma logre correr tras ellos mientras que Chloe era recibida por un equipo médico, pero ni más cruzar las puertas de entrada uno de los enfermeros me detuvo, explicando que no podía seguirlos, que esperara en la sala de visitas, y aunque trate de evitarlo y continuar le fue bastante sencillo detenerme nuevamente, cuando me tomo del brazo y tiro de mi para retenerme. Tres doctores aparecieron encontrándose con el equipo que corría a la sal
Cuando termine mi narración Miriam se mantuvo en silencio por un largo rato, su mirada perdida comenzaba a preocuparme, pero esperaba que en cualquier minuto comenzara a despotricar contra mí, de hecho, no solo lo esperaba, sino que lo quería. Me culpaba a mí mismo y de alguna forma sabía que ella también lo haría al menos su odio sería una buena distracción, pero de pronto comenzó a llorar, sorprendiéndome.La observe en silencio, sin atreverme a decir nada o siquiera a moverme, verla llorar tan desconsoladamente me clavo el corazón, por primera vez vislumbre su debilidad, quebrada, no queda nada de la fastidiosa mujer que solía ser, ni tampoco del sarcástico y desinteresado carácter que había asomado hace un par de días atrás, ahora solo podía ver miedo, como si estuviera parada al borde del vacío o a la deriva, y con ello la prof
– ¿Dónde está? – escucho una grave voz desde la recepción, impaciente parece que en cualquier momento se lanzara sobre el chico que lo ha recibido – ¿Dónde está mi hija? – exclama nuevamente y recién entonces reconozco al padre de Chloe, su esposa lo acompaña lo sujeta del brazo mientras intenta alejarlo del pobre enfermero que no sabe a dónde huir. – Don Osvaldo – lo llamo acercándome a ellos y en cuento me ve se abalanza sobre mi tal cual había hecho su hija hace unas horas atrás – Tu gusano infeliz, que fue lo que le hiciste a mi hija – me toma por la camiseta zamarreándome, y lo dejo hacer sin defenderme. – Osvaldo por Dios, calma – interfiere su esposa – Aparta mujer, que este infeliz es el culpable de que mi hija este muriendo allí dentro, mientras él no tiene ni un solo rasguño. – Por favor Osvaldo – Cecilia tiro de uno de sus brazos sin logran mucho cuando de un tirón se zafo de ella y conecto su puño con mi man
Había aprovechado mi tiempo para llamar a la granja, mi abogado tenía un papel de permiso para que Dylan pudiese estar estos días a mi cuidado, pero necesitaba que del orfanato o como Chloe le llamaba "La Granja" dieran la firma final para presentarlo en tribunales y hacerlo efectivo.Mi abogado también me comento que la solicitud de adopción de Dylan a nombre de Chloe había pasado las primeras etapas y prontamente recibiríamos la resolución, luego de casi tres meses finalmente obtendríamos el resultado. – Hijo – la voz de mi madre me hizo salir de mis pensamientos – Llevo llamándote todo este tiempo, donde tiene tu cabeza ahora mismo. – Lo siento mamá, no te escuche – Pero no he sido solo yo, tu teléfono ha estado sonando hace un buen rato hijo. – ¿Mi teléfono? – lo saqué de mi bolsillo y vi las 8 llamadas perdidas de Inés lo que me extraño, le devolví la llamada sin perder más tiempo. – Ethan hasta que me contestas – contesto aceleradamente – Tenemos un problema aquí – me alarm
– ¿Dónde está? ¿Dónde está mi hija?– Don Osvaldo – lo llamo acercándome– Tu gusano infeliz, que fue lo que le hiciste a mi hija – me toma por la camiseta zamarreándome, y lo dejo hacer sin defenderme.– Osvaldo por Dios, calma – interfiere su esposa– Aparta mujer, que este infeliz es el culpable de que mi hija este muriendo allí dentro, mientras él no tiene ni un solo rasguño – conecto su puño con mi mandíbula, entonces antes de que lograra conectarme otro golpe Luciano lo alejo con facilidad de mí, tomándolo por la espalda, para ser un hombre de casi sesenta años debía admitir que tenían un buen derechazo.En otras circunstancias ni siquiera habría logrado rozarme, pero se lo permití porque de alguna forma comprendía