La chica no me quita la mirada matadora y por eso de un impulso le agarré la mano a Elliott y con una enorme sonrisa me recuesto sobre su hombro. Automáticamente el cuerpo de Elliott se tensa; la verdad no sé qué es lo que estoy haciendo o qué es lo que quiero darle a entender.
La chica es la culpable porque me ha puesto nerviosa, eso no es justo porque su mirada me dice que soy una ladrona, aunque lo único que quiero robarme es el cuerpo de Elliott.
—Oh, no pensé que la señorita fuese su novia —titubea nerviosamente.
Ella se queda viendo nuestras manos, la pobre chica está perpleja, ¿será que nadie le conoce novia a Elliott? Mejor porque a estas alturas
—No —alza la mirada tras colocar el vaso sobre la encimera y yo trago grueso—, no te tengo miedo—niega con la cabeza—. Quiero ser tu sumisa y no porque tú me lo ofrezcas, es porque me encantan los retos y los juegos—muerde su labio inferior.Mierda… Me sorprendo al ver cómo su rostro cambia, dejando atrás el miedo y la inseguridad; cada vez me sorprende y, eso me gusta.No pensé que una cosa así sucedería. No me está discriminando, bueno, no sé lo que está pensando, pero por su mirada puedo ver que ella tiene curiosidad y seguridad en sus palabras. Me siento como si me hubiese sacado la lotería, espero que ella no se arrepienta.—Sabes que significa —enarco una ceja.—Me crees estúpida —protesta furiosa.Aush, la niña es una fiera.—Shhh… —poso mi dedo en sus labios—,
—No hay problema si no quieres, la firma debe ser voluntaria —trato de hablar lo más tranquilo, oprimiendo el nervio que siento al ver que ella sabe mi secreto y que después lo pueda divulgar.Este es el riesgo que debía tomar, ni modo, con intentarlo no perdía nada, ahora lo que debo asegurarme es que ella no diga ni una sola palabra, no.—¿Quién hizo todo esto? —sacude el contrato.—Mi abogado —me vuelvo a sentar y dejo que pase lo que tenga que pasar.No le diré quien es mi abogado, a su tiempo se enterará de que Edgar es el que se encarga de todo lo que tenga que ver con mi vida personal y profesional. Es mi amigo, pero también mi abogado, no me arrepiento enseñarle todo con él, abrirme y enseñarle mi vida completa, dado que ambos tenemos muchas cosas en comunes.—Es necesario firmar —frota su sien.Asiento,
***El sol de la mañana proyecta un intenso resplandor sobre la habitación que le di a Krystle, iluminando su cuerpo y haciéndola brillar.Ella tiene los ojos cerrados y eso me dio algunos segundos para observarla sin que ella se diera cuenta. Ella está descubierta, sin nada que cubra su delicado cuerpo. Empecé por sus labios, ligeramente separados. Mi mirada prosigue por su delicado cuello. Observé cómo tragaba y cómo se movían los músculos por debajo de la piel.Sus pechos son perfectos para mí, encajan a la perfección. Mientras me deleito ella inspiró hondo y se le elevaron sus pechos. Sus pezones son de un tono rosa y se le había endurecido de evidente excitación. Me moría por meterme una de ellas en la boca.Quiero saborearla.Ah, ya es tarde, me toca estar en la empresa y yo aquí admirando el cuerpo de Krystle. Ah, a la
***Después de diez minutos bajó las escaleras y me posó frente al hombre que impone.—Te dije que te daría veinte minutos para vestirte —alza la mirada y deja el móvil sobre la mesa.Uy, que humor…—No tengo ropa Elliott, recuerda que todo mi equipaje está en el hotel —no lo mató porque mi madre me ha abandonado y ahora me encuentro a merced de Elliott.Lo que haré en la próxima que me pase lo mismo es ponerme todo su guarda ropa.Me siento un poco incómoda que él me vea solo en bata, pero me tengo que acostumbrar un poco, puesto que estaré más tiempo de lo que había planeado.¡Pero no te da pena estar desnuda con él en la cama!—Siéntate, necesitas comer un poco —extiende su mano y me ofreció sentarme—. Por favor Krystle—suaviza su vo
***Ambos estamos entrando a la habitación de los placeres, pero antes nos encargamos de que nadie quedara en la casa y que todas las puertas quedaran completamente cerradas, ya que no queremos ni un tipo de interrupción.Al entrar en estas cuatro paredes me transformo en la persona más fría que ella pudo conocer; soy el amo y puto señor, el mismo que hará que ella se moje de placer y que grite piedad para que no la deje.—Muy bien, desnúdate —ella deja de ver a su alrededor y nuevamente sus ojos están fijos a los míos.Asiente con una pequeña sonrisa para luego quitarse la bata, dejándola caer sobre la alfombra. Es inevitable no deleitarme de su hermoso cuerpo, hasta podría tenerla así para toda la vida y no me cansaría de verla.¿Por qué tengo este tipo de deseo? ¡Ella solo es una aventura!Le ord
Krystle.(...)Me subo al auto y mientras Elliott sale de la casa yo pondré un poco de música para no aburrirme. Enciendo el estéreo, y la primera música que suena es la de “La noche de anoche” de Rosalía y Bad Bunny. Automáticamente el auto se transformó en un agradable ambiente.Cierro mis ojos y me dejo llevar al ritmo de la música, mi piel se eriza completamente, muevo mis hombros, moviendo mi cuerpo como si fuese una ola.—Listo —abro mis ojos y veo a Elliott acomodarse en el asiento, cierra la puerta del auto y enciende el motor del auto.Asiento y sin importar que él esté aquí comienzo a cantar en voz alta, muevo mis hombros disfrutando y sintiendo la música y el ritmo. Mi madre dice que tengo una linda voz y Sol dice que tengo unos movimientos sensuales, ¡soy una combinación perfecta!
—Está bien… está bien, pero la que debería estar enojada soy yo y no tú, pero de igual manera te escucharé porque yo si soy una amiga —recalca la última palabra.Ella es un poco más dramática que mi persona, dado que sabía que me iba a reclamar y eso jamás se le olvidará porque mi bella amiga es sensible y rencorosa.—Mi madre se ha ido y lo único que hizo fue llamarme y decirme que me debía quedar en casa de Elliott mientras ella regrese de su viaje —aspiro fuertemente—, Lorenzo me ha besado y mi madre no me quiere cerca de él—escucho un rotundo silencio por el otro lado de la línea.—Maldita perra, es injusto que tú pases por todo y yo tenga unos días aburridos y grises —brama y yo volteo los ojos.—Entiende que todo ha pasado tan rápido.—¿Có
***La señora Odesa se está encargando de alistar las maletas, y mientras eso yo haré algo importante, llamaré a la señora Hassler, quiero saber lo que ella tiene planeado, que es lo que busca o que es lo que está haciendo para que deje a su hija en manos de los Carrington.No odio a Elliott, pero no deja de ser un Carrington.Agarro mi móvil y con mucha ansiedad busco el número de la señora, ¡aquí esta! Llevo mi móvil a mi oído, se pasan los tres repiques para luego mandarme a buzón. Ja. Yo no soy de las mujeres que después de una llamada que no contestan no vuelven a insistir, ¡yo no soy así! Soy una mujer que insiste y de las que obtiene las cosas a las buenas o a las malas.Vuelvo a marcar y es cuando me contesta, esa dulce voz me tendrá que decir todo.—Buenos días, señora Hassler.—Sol, c