Capítulo 6

Capítulo 6

*Anna cambia de pareja de patinaje*

Richard entra a la casa, Mary corre a abrazar a su padre hablando toda eufórica.

– Papá, papá, me anoté en el curso de patinaje sobre hielo.

- Eso es bueno, cariño. ¿Cuando va a empezar?

- Este sábado.

Richard se quita el abrigo y lo deja en el camino de entrada, junto a sus botas cubiertas de nieve. Se pone un zapato que esta cerca de donde dejo su abrigo, cerrando la puerta dice:

- ¿Y por qué no vas entre semana?

– Porque yo también te apunté y vamos todos los días.

- ¿Qué? - El padre se detiene antes de entrar a la habitación.

– Papá, necesitaba un compañero, no tenía a nadie. Es muy temprano en la mañana, hay tiempo para ir a trabajar.

- Oh mi querido. Sabes que no patino desde antes de que nacieras, estoy oxidado.

- Y no sé patinar, hasta que aprendo que puedes deshacerte del óxido.

El padre sonríe, pensando en ello, dice:

- Está bien querida, vamos a dar una vuelta juntos. - Acepta sonriendo la petición de la hija.

Pasan dos semanas, Michael vuelve a ser quien era antes con Anna, un novio ejemplar, no le cobra más amor, dice que esperará su momento y se disculpa.

Richard patina todos los días con su hija. Al final de la semana, se relaja más y hace acrobacias ligeras.

Levanta una pierna y gira rápidamente sobre la otra, la hija boquiabierta.

- ¡Vaya, papá! - Aplaude. - ¡Asombroso! Uhuu!...

La coordinadora de la tarde, observando al apuesto moreno deslizarse por la pista, se lleva la mano a la barbilla, mirándolo con ojo crítico.

– Alto, guapo, buen cuerpo... ¿Quién es el joven? Su físico es increíble. - Pregunta para uno de los instructores.

– El presidente de las empresas Smith Corporation.

El coordinador mira al instructor con los ojos muy abiertos y continúa:

- Sí, lo sé, yo también me pregunto lo mismo. ¡¿Qué hace un multimillonario aquí?! - Este es el instructor.

El instructor al lado responde:

– Este es un padre actual. Volvió a patinar por su hija.

- Hmm... Entrénalo bien, le conseguiré una sociedad. La próxima presentación será en tres semanas. ¿Él es casado?

- Padre soltero. ¿Cuál será el tema? Podría ser algo romántico. - Este es el instructor Augusto.

– Sí, y ya sé con quién será emparejado. Haz que se besen en la presentación, será un escándalo, nuestras presentaciones serán reconocidas en todo el mundo. - Sonreí ante tu idea.

– ¿Y si no quieren?

- Es solo un beso ligero, todos estarán eufóricos. - Este es el coordinador. – Estaré de vuelta en una semana para unirme a la pareja, entrenarlos bien.

- Si señora. - Este es el instructor.

Pasa otra semana, Augusto hace un excelente trabajo con Richard.

- No entiendo por qué tanto entrenamiento. - Habla Ricardo.

– Fuiste seleccionado por el coordinador para la presentación de la temporada.

– No, no puedo participar en ningún concurso.

– ¿Por qué no, señor?

- Trabajo, no puedo simplemente...

Aparece la coordinadora extendiendo la mano para saludarlo.

- ¡Señor Smith! Soy Adelaida, es un placer inmenso.

Acepta el saludo y antes de decir nada la mujer sigue hablando.

– Gracias por aceptar presentarte. Tienes un porte, una rara belleza, un cuerpo magnífico...

Richard comienza a desconcertarse, cree que la mujer tiene un tornillo flojo.

– Nuestra presentación será en menos de dos semanas, aquí mismo. Tu pareja será... - Dice ella y él la interrumpe.

- No acepté...

Ella termina de hablar con quien se presentará y Richard se calla.

– Anna Johnson. Harán una pareja romántica, en la que al finalizar la presentación, podrán darse un ligero toque de labios.

- ¿Qué? ¡De ninguna manera! - Richard responde indignado.

Anna está detrás de ella y ha escuchado el final de la conversación.

- ¿Por qué...? Pero ella es una joven encantadora.

- ¡Nunca! Ella es mi cuñada. Además, es demasiado joven, sería un escándalo en mi vida profesional.

Se da la vuelta y antes de irse, ve sus ojitos tristes llenos de lágrimas.

- Ana... yo...

- Adelaide, no podemos hacer lo que pides, no está bien con mi novio. Estoy de acuerdo con mi cuñado. - Anna se traga las ganas de llorar.

Adelaida suspira:

- Bueno... Entonces, hagamos una actuación romántica. Los vi juntos en mi visión profesional. Es una pena que no puedan ir más lejos.

Richard mira a Anna, que ya no lo mira.

– Que empiece el entrenamiento. ¿Estan listos?

- Si señora. - Anna habla en un tono serio.

Richard tarda un poco más en responder.

- YO...

– No te sientas obligado a hacer esto por mi cuñado. Puedo conseguir otro compañero a tiempo.

– Yo también estoy listo. - Dice mirando a Anna, que sorpresa la mira.

Los días que siguieron fueron una tortura para Richard, no pensó que necesitaría tocar tanto a Anna.

Al final de la semana, celoso del desempeño de su novia y su hermano, Michael va a observar el entrenamiento.

No se equivocó, el hermano cree que puede ocultar el sentimiento que tiene por su novia, y esto lo enoja.

A Valeria por su lado tampoco le gusta nada de lo que está viendo, cada día que pasa pierde más terreno por esta chica de la quinta del infierno.

"Dada chica. Encontraré una manera de sacarte de mi camino". - piensa Valeria, mirándolos con una sonrisa de oreja a oreja.

El día de la función, Richard está impecable con la ropa que le imponen. El coordinador lo mira con una mirada de pura admiración:

- ¡Querida, naciste para esto! - Esta es la eufórica coordinadora Adelaide.

Richard, por su parte, no está tan eufórico, ya que él se había negado a hacer la presentación, su amistad con Anna se tambalea.

Su noviazgo tampoco es muy bueno, Valeria se queja directamente de que ya no se acuestan. Pero no puede tocarla, especialmente desde que comenzó a entrenar con Anna.

No puede esperar a que todo esto termine y su vida vuelva a la normalidad, incluso su hermano está un poco amargado después de haber dicho que saldría con Anna.

– ¿Tienen que tocarse tanto? - Michael se queja a su cuñada.

- Es normal, cariño. Todas las parejas del programa son así. son tan hermosos

Michael resopla nervioso, pero termina aceptando la explicación de Valeria.

Anna está nerviosa, su corazón late incontrolablemente.

Solo con su leotardo, sentada en el banco de madera del vestuario, mira su reflejo, pero lo único que ve es a Richard.

tu gran amor. A veces piensa que debería romper con Michael y confesárselo a Richard. Sin embargo, después de lo que le escuchó decirle al coordinador, ella permanece en silencio.

– ¿Aún no estás vestida? Ricardo está impecable. ¿Qué tienes querida? - pregunta el coordinador sentándose a tu lado.

- Soy un poco nervioso. - Ella prefiere no decir toda la verdad, después de todo, solo Dios y ella conocen la verdad de su corazón.

– Tienes un excelente compañero. Lo harán muy bien.

Él accede, se levanta y termina de vestirse.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo