Capítulo 29
Isabella comenzó entonces a dirigir a los asistentes para la mudanza. Aunque no logró quedarse en la habitación principal, al menos había conseguido desplazar a Marisela.

Mientras las veía mover las cosas de Marisela, Lorenzo frunció el ceño y las siguió al cuarto. Al ver que la asistente intentaba abrir los armarios, se acercó a ayudar.

Con su fuerza masculina, forzó el armario cerrado con llave en un momento, doblando el seguro interior.

No había mucho adentro, solo un cuaderno azul claro.

Lo tomó y al abrir la primera página, inmediatamente entendió qué era.

—¿Quién escribe diarios hoy en día? —se burló Lorenzo con desdén, aunque se disponía a leer su contenido.

En ese momento, una mano apareció sobre su cabeza y le arrebató el cuaderno:

—No se puede espiar el diario de una chica, yo lo guardaré por Mari.

Lorenzo apretó los labios, quiso recuperar el cuaderno pero pensó que no valía la pena leerlo, así que se marchó.

Cuando se fue, Isabella hojeó una página al azar y al ver el conte
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP