Capítulo 106
—Entonces sal conmigo ahora. No hay prisa por adaptarte al trabajo. Todos los nuevos empleados tienen un período de prueba, puedes ir despacio.Ante estas palabras, Marisela no tuvo más remedio que levantarse y recoger su bolso. Si se quedaba más tiempo, Matías confirmaría sus sospechas sobre el director.

Matías le entregó la tarjeta del ascensor a Marisela. Ella le agradeció diciendo:

—No era necesario que viniera especialmente a buscarme. Podría haberla enviado con su asistente.

Matías miró a la joven. ¿Cómo perdería la oportunidad de acompañarla a casa?

—Estamos en el mismo piso, son solo unos pasos. No valía la pena molestar a mi asistente —respondió Matías.

En el ascensor, el teléfono de Marisela sonó nuevamente. Al revisarlo, vio otro número desconocido y lo bloqueó sin dudar.

Apenas iba a guardar el teléfono cuando otro número desconocido llamó. Marisela apretó el teléfono, lo bloqueó y activó el modo silencioso.

—¿Todavía el vendedor? —preguntó Matías de reojo.

Marisela asintió.
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