Capítulo 316
Al principio, Celeste no se dio cuenta de que el significado de sus palabras, pero cuando escuchó lo del uniforme de marinero, de repente reaccionó… Al instante, le ardió la cara y no pudo pronunciar ni una sola palabra más. ¡Deseaba desmayarse y acabar con todo!

Celeste se mordía los labios, su cabello estaba alborotado y su cara estaba inflada como la de un gatito esponjado.

En los ojos de Lorenzo se reflejó una leve sonrisa y con su mano la acercó a su pecho, revolviendo aún más su cabello.

Celeste, ya de mal humor, le dio un manotazo:

—¡Lorenzo, estás loco o qué!

—¿Aún te atreves a insultarme? Si no te callas, ¡esta noche te volveré a atar antes de hacer el amor! —le dijo Lorenzo maliciosamente, enredando más su cabello.

Celeste se quedó muda. ¡¿Cómo se atrevía a amenazarla con eso?! Andrés seguía en el auto, ¿¡acaso ese hombre no sentía la vergüenza!?

Los dos siguieron peleando y jugando hasta que llegaron al edificio del Grupo Vargas. Al bajar del auto, Andrés comenzó a informa
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