Lorenzo entrecerró los ojos y una sonrisa fría se dibujó en sus delgados labios: —Detuve el proyecto de la familia Jiménez, ¿y finalmente no pudo aguantarlo más? ¡Ella lo hizo a propósito para que me lo hagas saber!Andrés se quedó incrédulo.Parecía que Celeste no significaba eso...Ella ni siquiera había mencionado a Lorenzo... Y además, ella eligió regresar a la villa a propósito en un día laboral por la mañana, era aparente que quería evitar encontrarse con él...Tenía muchas ganas de decirle que estaría imaginando demasiado...Pero al ver que el ceño fruncido de Lorenzo durante días finalmente se relajaba un poco, Andrés tampoco se atrevió a molestarlo y solo pudo fingir estar de acuerdo:—Seguramente esa es si intención.—¡Claro que la es!El aura gélida que emanaba de Lorenzo se desvaneció en gran medida. Arrojó los documentos a un lado y se recostó cómodamente en el sofá, con un brillo oscuro en sus ojos.La familia Jiménez todavía la necesitaba, y solo él podía darle este apo
Celeste se veía un tanto ansiosa mientras miraba fijamente el cursor dando vueltas en la pantalla del portátil.¿Sería que se averió la máquina?Ella no sabía que la máquina había sufrido un buen golpe la noche anterior porque ese hombre la había aventado al suelo y, por supuesto, ya no se podía encender.—Ya mero la arreglo —dijo con un tono de disculpa, por si Lorenzo pensaba que se estaba quedando ahí a propósito.Lorenzo no dijo nada, simplemente se fue a sentar al sillón y se puso a secarse el cabello con una toalla, mirándola pensativo de arriba abajo con una expresión sombría. ¿Esa mujer se paró así a propósito para que le viera su buen cuerpo?Pero luego, al recordar que ella lo había dejado por irse detrás de otro tipo, su mirada se tornó aún más fría.Ella creía que, de esta manera, demorando a propósito, ¿él iba a ceder y a perdonarla?¡Hoy ella tendría que pedirle perdón con muy buena actitud para que la perdonara!Entonces, nadie dijo nada. El ambiente en la habitación er
—¿De verdad sabes cómo arreglarlo? —le preguntó ella.Después de verlo operando durante un buen rato, la máquina no mostraba ningún signo de mejoría... Celeste ya dudaba mucho de si este realmente supiera cómo hacerlo.Mientras hablaba, su cálido aliento rozaba el cuello del hombre, y el cuerpo de Lorenzo se tensó aún más ligeramente, apretando inconscientemente el ratón que tenía en su gran mano.En ese momento, se escuchó un gruñido proveniente del estómago del hombre. El apuesto rostro del hombre se endureció un poco por la vergüenza...—¿Tienes hambre?Celeste le preguntó sin pensarlo.Al decir eso, se sorprendió a sí misma, pues con la relación que tenían ahora, no era apropiado preguntarle eso.—Sí, tengo hambre, ¡ve a hacerme de comer!Lorenzo le respondió fríamente con el ceño fruncido. Hacía mucho que no probaba la comida que ella preparaba.—¿Qué?¿Cocinarle?Ella pensó que él le diría que se fuera...La mirada de Lorenzo se enfrió: —¿Qué pasa? ¿Te molesta tener que hacerme
Celeste aún estaba cocinando cuando sintió una mirada penetrante. Al voltear, vio a Lorenzo parado en la puerta de la cocina.Sus miradas se cruzaron y la de él se volvió gélida y sombría.Ella se quedó perpleja por un segundo. Esa mirada del hombre no era de hambre, más bien parecía que quería devorarla viva...Sin duda, él la estaba torturando a propósito.Ella desvió la mirada, sirvió la sopa en un tazón y lo llevó a la mesa.—La comida está lista y ya puedes comer. ¿Ya lograste reparar la computadora?—Sí —Lorenzo le respondió con frialdad.—Entonces come primero, yo iré a trabajar en los documentos.Al escuchar que la computadora estaba arreglada, Celeste se dio la vuelta y subió las escaleras.Lorenzo frunció el ceño, molesto. ¿Acaso ella no debería quedarse y aprovechar para complacerlo?—Señor, la señorita se esforzó mucho preparando sus platillos favoritos. Se nota que aún se preocupa por usted. Debería hablar paciente con ella.Margarita le dijo con respeto y un poco de nervi
Al terminar de hablar, Celeste tomó su maleta y se dispuso a salir.Antes, ella estaba dispuesta a hacer tratos con él por la familia Jiménez, pero ahora quería cortar la relación con él tan decididamente.Lo había utilizado para rescatar a los Jiménez, pero ahora que ya no le era útil, lo estaba echando. Además, mientras que estaba con él, ¡pensaba en otro hombre en la mente!¿Qué era él en su corazón?Justo cuando Celeste y él se cruzaron, de repente Lorenzo agarró la manija de su maleta.—Celeste, ¿con qué derecho crees que te dejaré ir?La voz fría de Lorenzo estaba cargada de un abrumador instinto asesino.Celeste estaba completamente perpleja: —Lorenzo, tú mismo dijiste que una vez que yo saliera esa puerta, todo habría terminado entre nosotros.Ya habían roto, ¿qué más quería?Lorenzo, con una mirada gélida, de repente pateó la maleta.Celeste se asustó, y antes de que pudiera reaccionar, él la agarró firmemente de la muñeca y la empujó contra la pared, con una mirada aterrador
La brisa soplaba sobre las hojas de los árboles, y el susurro resonaba a su alrededor.La exquisita escultura en sus manos parecía pesar toneladas.En realidad, Lorenzo le había dado muchas cosas valiosas. Sin embargo, esta escultura parecía ser más especial que nada.Instintivamente, no quería pensar en la razón por la que hizo esto.Parpadeó lentamente las pestañas largas y se le devolvió a Andrés.—El objeto es muy bonito, por favor dile que le agradezco. Y también te agradecería que me consiguieras los papeles de traspaso de la propiedad lo más pronto posible.Dicho esto, tomó su maleta y se fue directamente.Andrés estuvo totalmente estupefacto.Celeste normalmente era una chica de corazón blando. Pensaba que, al oír la historia, se conmovería y buscaría reconciliarse con Lorenzo. Sin embargo, ella se fue.¿Cuándo se volvió tan dura?***Al salir de la puerta, Melodía la ayudó a poner su maleta en el carro y arrancó el auto muy rápidamente, como si estuvieran escapando.—Melodía,
Ella iba caminando hacia la puerta, pensativa.Detrás de ella, Jacob abrió la boca, queriendo retenerla, pero sin saber qué excusa usar.Si no fuera por la noticia de Fernando, ella ni siquiera habría venido al hospital a verla. Celeste salió de la habitación y se encontró inesperadamente con Isabella, quien venía hacia la habitación.—¡Celeste! ¡Otra vez vienes a seducir a mi esposo!Al verla, el rostro de Isabella se llenó de inmediato de furia, avanzando a pasos agigantados hacia ella, lista para darle una bofetada.Celeste se puso alerta de inmediato y le agarró la muñeca que venía bajando.Frunció el ceño y dijo:—Vine por asuntos serios con Jacob. Señorita López, ¿es que no tienes suficiente autoconfianza en tú misma? ¿Cree que con solo unas palabras puedo quitarle a su esposo?El rostro de Isabella se ensombreció, pero luego soltó una risa fría:—Celeste, sin el apoyo de Lorenzo, ¿te atreves a actuar con tanta arrogancia? Si quiero hacerte algo, ¡será más fácil que aplastar a u
Por la noche, Celeste estaba organizando su equipaje en casa cuando recibió una llamada de Margarita.—Señorita, estoy ahora en tu vecindario, te he traído algunas cosas, ¿en qué edificio está tu casa?Celeste se sorprendió un poco: —¿Margarita? Espere un momento, voy a salir a buscarla.Después de colgar, Celeste salió con pantuflas y la encontró a poca distancia de los apartamentos, cargando dos maletas y un termo, saludándola con una sonrisa.—Señorita.—¡Margarita! ¿Por qué estás aquí?Celeste se le acercó rápidamente.Margarita suspiró: —Pensé que hoy regresaste a la villa para reconciliarse con el señor, pero me sorprendió ver que te fuiste con las maletas. No te has llevado ni una sola prenda de abrigo de invierno, y en unos días el clima va a hacer muy frío, así que te traje ropa abrigada y un poco de sopa de hongo. En el futuro vendré a cuidar de ti.Celeste se sorprendió: —¿Vendrás a cuidar de mí? Pero eres empleada de Lorenzo...—No te preocupes, al señor no le molestará.