El lujoso automóvil llegó al estacionamiento.Lorenzo abrió la puerta trasera y vio a Celeste dormida ahí.La joven estaba acurrucada en el asiento trasero. Con su largo cabello revuelto, su delicado rostro ligeramente estaba un poco sonrojado por el sueño. Parecía que no tenía un sueño tranquila.Celeste vestía una blusa blanca y jeans azul marino, sus hermosas y largas piernas estaban cubiertas por la tela, ligeramente dobladas en una pose que a Lorenzo le parecía sugerente.Lorenzo la miró así por un rato, luego se inclinó y la tomó en brazos para llevarla al elevador.Celeste, entre dormida y despierta, percibió que alguien la cargaba. Abrió lentamente los ojos y vio una lámpara de cristal familiar.Tardó unos segundos en darse cuenta de que estaba en la sala de la casa de Lorenzo, y de un brinco se incorporó en el sofá.—¿Ya despertaste? —escuchó la voz profunda del hombre.Lorenzo estaba sentado en el otro extremo del sofá, con la camisa desabotonada en los primeros botones, deja
Celeste no le creyó:—No es que todos los CEOs sean así… ¡Podré trabajar para las presidentes! Si tú no quieres vengarte de mí, entonces firma mi renuncia.—El año pasado, en agosto, la presidenta de Abetos Textil envió a sus dos secretarias a la cama de unos extranjeros que tenían gustos especiales, y una de las secretarias murió, mientras que la otra se volvió loca y la internaron en un hospital psiquiátrico. Estas dos secretarias eran huérfanas y el asunto se quedó así sin mayores consecuencias —dijo Lorenzo con frialdad.—¿En serio pasó eso? —Celeste se sorprendió.Abetos Textil era una empresa famosa, Celeste no esperaba que hubiera pasado algo así.—Algunas empresas revisan el historial de las secretarias que contratan, y los huérfanos o los de bajos recursos son su objetivo, según ves, ¿cuál será la razón? —habló Lorenzo con voz fría.Porque si les pasaba algo a los huérfanos, nadie vendría a causar problemas a la empresa; y si eran de familias pobres, sus familiares se callaría
La voz grave de Lorenzo sonaba tranquila.Celeste lo miraba con ojos llenos de asombro:—Si sabes que Joana es una espía, ¿por qué sigues teniéndola cerca?La expresión de sorpresa de Celeste le pareció bastante linda a Lorenzo, quien extendió la mano y le pellizcó un poco la mejilla, disfrutando de su suavidad.—Joana es solo un peón insignificante, Daniel se ha desempeñado bastante bien trabajando por mi hermano, además, tiene control sobre algunas otras compañías. Mantener a Joana a mi lado es la forma de obtener más información sobre ella —explicó Lorenzo.Celeste lo entendió de inmediato, Joana era una espía plantada a su lado, ¡y él la había usado como una pieza de su plan! De hecho, Lorenzo ya sabía lo que Joana pretendía hacer, ¡solo estaba esperando el momento oportuno para atraparla!Una sospecha se formó en la mente de Celeste:—Entonces, desde el principio sabías que yo no era la traidora, ¿verdad?—Sí.—Y sobre esa licitación…—La perdí a propósito, Joana vio los datos en
Celestes sintió un escalofría recorrer por su espalda.Este hombre, Lorenzo, ¡sus pensamientos eran demasiado imperceptibles!—¿En qué estás pensando? —le preguntó el hombre y levantó su barbilla con su gran mano.Celeste volvió en sí, y como si le hubiera dado un leve sobresalto, apartó la mano del hombre un manotazo.La gran mano de Lorenzo quedó seca en el aire. Frunció el ceño ligeramente, mostrando un deje de descontento.—Señor Vargas, ya que sabes que yo no soy la traidora, y que ya no te soy de utilidad, espero que firmes mi solicitud de renuncia. ¡A partir de ahora, nunca volveremos a vernos! —dijo Celeste fríamenteJoana y Jacob tenían razón en una cosa: ella tenía que alejarse de Lorenzo. ¡Ella no era capaz de lidiar todo lo de este hombre con ideas insondables!Ella había aprendido de la lección y ¡no quería ser utilizada una y otra vez!Sin embargo, Celeste no sabía que Lorenzo nunca le daba explicaciones a nadie. Con su posición e influencia, nunca había necesitado hacerl
Por la noche, como siempre, Celeste iba a trabajar en el bar.Cuando regresaba a casa, casi de madrugada, se lavaba y se acostaba en la cama. Pero de repente, el sonido del teléfono la despertó en medio de la adormecida modorra.Abrió los párpados pesados, tomó el teléfono y vio que era una llamada de Andrés.¿Por qué Andrés la estaba llamando tan tarde?Celeste contestó la llamada:—Andrés, ¿qué ocurre?—Celeste, el jefe está hospitalizado. Te agradecería si pudieras venir al hospital a cuidarlo.Celeste se sorprendió y le preguntó sin poder evitarlo:—¿Qué le pasó?—Es una hemorragia gástrica. No divulgues esta información a nadie.Andrés le explicó concisamente la situación.Lorenzo era la figura más importante del Grupo Vargas, y si se filtrara la noticia de que estaba hospitalizado, causaría todo tipo de rumores y podría afectar seriamente el precio de las acciones.Pero, ¿por qué de repente tuvo una hemorragia gástrica?—Él…Celeste quería preguntar si estaba bien, pero luego tra
—¡Mira las últimas noticias, la atraparon! —exclamó Melodía.Celeste se quedó sorprendida por un momento:—¿En serio?—¿Peor por qué estás tan tranquila? Esa mujer te acusó falsamente, ¿y no te alegras de que la hayan atrapado? Además, la atraparon por espionaje industrial, ¡así que Lorenzo ya no te malentenderá como una traidora!—Lo ha sabido desde hace mucho tiempo.Lorenzo conocía los antecedentes de Joana, por lo que Celeste ya tenía previsto que Joana sería atrapada tarde o temprano, pero no esperaba que eso sucediera tan rápido.—¿Qué quieres decir…? —preguntó Melodía confundida.Celeste le contó a ella todo lo ocurrido.Después de escucharlo, Melodía se quedó en silencio por un rato, con un dejo de miedo en su voz: —¡Qué hombre más astuto! Pero ya que sabía que no eras la traidora, entonces todo ese trato que te dio el otro día debió ser solo una actuación frente a los demás. ¿Aún estás enojada con él?—No tengo derecho a enojarme con él, solo soy su subordinada. Él puede hacer
Después de terminar sus palabras, Isabella colgó directamente la llamada. Celeste pensó que, aunque ella la odiaba no la dejaría morir. Nunca imaginó que sería tan cruel.Ella estuvo a punto de marcar al 911. De repente, se escucharon unos pasos acercándose. Era los dos hombres que la habían secuestrado. El gordo vio que ella tenía el teléfono en la mano y se abalanzó sobre ella para arrebatárselo, estrellándolo contra el suelo con fuerza.—¡Carajo! ¿Esa perra se atreve a llamar a la policía? ¿Quieres morir o qué? —exclamó.—¿Quiénes son ustedes? ¿Por qué me han secuestrado? Si quieren dinero, puedo darles dinero — Celeste se esforzó por mantener la calma.—A la mierda tu dinero apestoso, nuestro jefe quiere verte. ¡Vámonos! —maldijo el hombre gordo empujándola bruscamente hacia afuera.Llegaron a una escalera y subieron por ella. Afuera, la luz era deslumbrante, y Celeste no pudo evitar cerrar los ojos. Cuando se acostumbró a la luz, siguió subiendo por la escalera.Una brisa salada
Era verdad que Celeste se sorprendió bastante. No esperaba que Lorenzo realmente aceptó la petición de Daniel. Ella era no más que una pieza inútil para él, ¿por qué…?—Tú, y tú, ¡escóndanse bien y vean mis órdenes! ¡Hoy me llevaré con el dinero, y también la despreciable vida de Lorenzo! —ordenó Daniel a sus subordinados.¿Realmente Lorenzo vendría solo? ¿Vendría a salvarla arriesgándose su propia vida?Daniel y otros dos hombres ya se estaban preparando para trampa. Celeste observaba discretamente alrededor, aquí solo había barcos de pesca y una carretera recta, sin posibilidad de escapar. ¿Qué debería hacer ahora?—Jefe, Lorenzo nos la ha jugado muy feo, ¡mejor nos disfrutamos un poco de su mujer! ¡Ella está tan atractiva, seguro que lo disfrutaremos! Y después subimos un vídeo a internet, ¡para que todo el mundo sepa que la mujer de Lorenzo ya no está limpia! —dijo el hombre flaco mirando con ojos codiciosos a Celeste.Daniel la miraba con una mirada sombría:—¿Para qué la prisa? ¡