—¿Pero amiga, qué te pasó a los ojos? Ya estoy aquí, ¿no es así? —dijo Enrique sonriendo.Celeste se quedó perpleja por un momento, mirándolo con sorpresa.—Celeste, es la compañía del señor Paredes la que está interesada en comprar tu guión —explicó Melodía.—¿Por qué quieres comprar mi guión? —preguntó Celeste sorprendida a Enrique.—Resulta que tengo una compañía de entretenimiento y uno de mis directores revisó tu guión y le pareció realmente bueno —dijo Enrique mientras le entregaba una carpeta —. Aquí están los detalles del contrato, si todo te parece bien, puedes firmarlo y el equipo de producción comenzará a prepararlo todo, podrás participar en los ajustes y adaptaciones posteriores.Celeste lo miró, tomó la carpeta, la abrió y revisó los documentos.—Celeste, el señor Paredes realmente es muy sincero en esta cooperación. Te ofrecerá doscientos mil de dólares, que es un precio realmente elevado incluso para un guionista reconocido —dijo Melodía sonriendo.Celeste la entendió.
—¿Cómo? ¿Extrañas tanto a Lorenzo? —bromeó Enrique sin saber que se habían terminado Celeste y Lorenzo, mientras le hizo una mueca parpadeando: —En realidad, no necesitas extrañarlo tanto.Celeste sonrió un poco avergonzada, sin decir nada más ni prestar más atención a la televisión. Tomó un bolígrafo para firmar el contrato.Después de eso, le entregó los documentos a Enrique.Enrique los recibió y le dijo:—Mi gente se comunicará contigo más tarde para continuar con el proceso.Celeste asintió con la cabeza:—Bien.—Por cierto —Enrique cambió de repente de tema y le preguntó —, ¿cómo va lo que hablamos la última vez?—¿Qué? —Celeste no recordaba de qué le estaba hablando.Enrique se impacientó un poco y golpeó el escritorio con los dedos:—No me digas que lo has olvidado por completo…Celeste finalmente recordó el asunto que Enrique le había encomendado sobre ayudarlo en la cooperación con Lorenzo.Efectivamente, lo había olvidado, pues sabía que Lorenzo jamás la escucharía, y no se
Cuando Lorenzo escuchó estas palabras, sus cejas bien delineadas se fruncieron ligeramente.Enrique lo observó y se dio cuenta de que no estaba bromeando, por lo que también se quedó un poco confundido:—Pero, amigos, ¿no están bromeando?Celeste meneó la cabeza:—No. Ya estoy buscando trabajo. Pronto conseguiré uno.—...Enrique se quedó desconcertado.En su círculo, había visto a muchas mujeres intentar acercarse por todos los medios a Lorenzo, pero esta era la primera vez que veía a una mujer alejarse de él por decisión propia.Y podía notar que Celeste no estaba bromeando, ¡hablaba en serio!¿Acaso esta chica no se dio cuenta de quién era el hombre sentado a su lado y de su valor?Enrique, conocido por su elocuencia, se quedó sin saber qué decir esta vez, mirando de un lado a otro el sombrío rostro de Lorenzo y la seria expresión de Celeste, teniendo un mal presentimiento:Tal vez hoy no era el mejor momento para esta comida…—¿Qué tipo de trabajo planeas conseguir? —se escuchó la
Celeste ya no dijo nada más. Solo se mordió los labios y lo miró fijamente, con su rostro volviéndose cada vez más serio.Pareció asustada.Aunque esta expresión no le pareció agradable a Lorenzo, era mucho más mejor que la de antes.Los ojos de Lorenzo destellaron con una leve sonrisa que desapareció rápidamente, pero mantuvo una expresión seria:—Tú…—Lorenzo Vargas, ¿así te resulta muy interesante, verdad? —gritó Celeste estallada de ira.Los dos presentes se quedó atónitos.Lorenzo frunció el ceño. De repente, Celeste se levantó bruscamente y dijo con los ojos húmedos y claros:—Te repito una vez más, ¡no he robado tus documentos! Si no me crees, ¡puedes llamar a la policía para que me investiguen! No quieres dejarme renunciar y quieres mantenerme a tu lado para siempre, ¿verdad? ¿No crees que eres completamente un sinvergüenza?Celeste estaba furiosa, sin importarle lo que decía, solo queriendo desahogar su resentimiento y su emoción que se volvía cada vez más agitada.—¡Antes pen
Después de salir del restaurante, Celeste llamó a un taxi.Antes, solo había escuchado sobre lo cabrón y despiadado que era Lorenzo, pero hoy finalmente lo había experimentado en carne propia.Antes se había preguntado por qué no había saldado las cuentas con ella, pero ahora se daba cuenta de que había sido muy pendeja al pensar que este hombre iba a perdonar a esa "traidora".Si Lorenzo mantenía el registro de su renuncia en sus manos, eso podría afectar su sobrevivencia…¡Qué cabrón era él!Bzz…En ese momento, sonó su móvil.Ella volvió en sí y sacó el móvil. Al ver el nombre de Lorenzo en la pantalla, frunció el ceño y colgó la llamada sin dudarlo.Bzz...Ni siquiera había pasado un solo segundo, el móvil volvió a sonar, y ella la colgó de nuevo.Inmediatamente, volvió a sonar…Irritada, Celeste la colgó rápidamente.Antes, no quería disgustarse con Lorenzo, así que siempre cedía ante él. Pero ahora que ya habían roto relaciones, ya no le importaba todo eso.¿Qué más podría empeor
Un coche lujoso y llamativo se detuvo frente a ella.Celeste se quedó sin palabras…Se abrió la puerta del auto y primero vio la pierna larga del hombre, luego la figura salió por completo del vehículo.Él se había quitado la chaqueta, quedando sólo con unos pantalones de vestir negros y una camisa blanca. Su agraciado semblante era impecable y su porte emanaba una gélida austeridad, intimidando a cualquiera que lo mirara.—Señor Vargas, le hemos encontrado a esta señorita —dijo el oficial de policía de mayor rango que se acercó con una sonrisa en el rostro.Los demás observaban a Celeste con curiosidad, especulando sobre la relación entre ella y este gran magnate de los negocios que hace temblar a la ciudad.Celeste se quedó sin palabras de nuevo…No era de extrañar que Lorenzo no la hubiera perseguido a toda velocidad, pues resultó que él había colocado un retén en el camino con la ayuda de la policía, sabiendo que ella ya no podría escapar…—¿Cómo es posible? ¿No se supone que era u
El lujoso automóvil llegó al estacionamiento.Lorenzo abrió la puerta trasera y vio a Celeste dormida ahí.La joven estaba acurrucada en el asiento trasero. Con su largo cabello revuelto, su delicado rostro ligeramente estaba un poco sonrojado por el sueño. Parecía que no tenía un sueño tranquila.Celeste vestía una blusa blanca y jeans azul marino, sus hermosas y largas piernas estaban cubiertas por la tela, ligeramente dobladas en una pose que a Lorenzo le parecía sugerente.Lorenzo la miró así por un rato, luego se inclinó y la tomó en brazos para llevarla al elevador.Celeste, entre dormida y despierta, percibió que alguien la cargaba. Abrió lentamente los ojos y vio una lámpara de cristal familiar.Tardó unos segundos en darse cuenta de que estaba en la sala de la casa de Lorenzo, y de un brinco se incorporó en el sofá.—¿Ya despertaste? —escuchó la voz profunda del hombre.Lorenzo estaba sentado en el otro extremo del sofá, con la camisa desabotonada en los primeros botones, deja
Celeste no le creyó:—No es que todos los CEOs sean así… ¡Podré trabajar para las presidentes! Si tú no quieres vengarte de mí, entonces firma mi renuncia.—El año pasado, en agosto, la presidenta de Abetos Textil envió a sus dos secretarias a la cama de unos extranjeros que tenían gustos especiales, y una de las secretarias murió, mientras que la otra se volvió loca y la internaron en un hospital psiquiátrico. Estas dos secretarias eran huérfanas y el asunto se quedó así sin mayores consecuencias —dijo Lorenzo con frialdad.—¿En serio pasó eso? —Celeste se sorprendió.Abetos Textil era una empresa famosa, Celeste no esperaba que hubiera pasado algo así.—Algunas empresas revisan el historial de las secretarias que contratan, y los huérfanos o los de bajos recursos son su objetivo, según ves, ¿cuál será la razón? —habló Lorenzo con voz fría.Porque si les pasaba algo a los huérfanos, nadie vendría a causar problemas a la empresa; y si eran de familias pobres, sus familiares se callaría