Matthew venía caminando muy feliz, se había demorado un poco comprándole un juguete a Callum de figuras de acción.Le gustaba mucho ver sus ojitos de asombro ante todo lo nuevo, a pesar de intentarlo disimular y parecer maduro.De repente, en el área de las tiendas de ropas de mujeres, le llamó la atención que había muchas personas reunidas en la entrada de una boutique y al parecer, se desarrollaba algo muy interesante que ver.Un presentimiento siniestro le recorrió el pecho y se apresuró con largos pasos a ver qué sucedía. Ailsa y Callum deberían estar en esta zona y algo les decía que tenía que encontrarlos rápidamente.Como en efecto, al apartar a las personas con su robusto cuerpo para pasar al frente, vio el espectáculo de Callum mordiendo a un guardia de seguridad que se quería llevar por la fuerza a Ailsa, la cual le decía, entre lágrimas, que ella no era culpable y que no se podía ir, porque estaba esperando a una persona.- ¿Qué está sucediendo aquí? - su áspera y molesta
Al final, todo el desagradable incidente les quitó hasta las ganas de divertirse, pero el tiempo apremiaba y eran necesarias las compras.Así que la dependiente vio con tristeza y arrepentimiento, como su jugosa comisión se iba, cuando Matthew dijo que ya no quería comprar en esa boutique y se fueron para otra más grande.- Por favor, quiero que le prepare todo tipo de cambio de ropas, desde las cotidianas, hasta combinaciones para cenas, convites, reuniones de negocios, cócteles, absolutamente todo, con calzado y accesorios- le dijo Matt a la personal shopper de la tienda, que miraba con ojos brillantes e intensos a Ailsa, como diciendo: “aquí viene mi comisión del año”Callum y él se sentaron muy cómodamente en dos sillones mullidos, dentro de una salita discreta, del vestidor individual VIP, comiendo unos delicados pastelitos que le habían ofrecido y esperando a que la modelo Ailsa hiciera su pasarela, para ellos dos, como jueces, darle su opinión.- Hoy lo hiciste muy bien protegi
- Bien, ya estamos llegando- les anunció Matthew y los curiosos Ailsa y Callum; ah no, ahora, Emily y Liam Campbell, las nuevas identidades falsas de la familia de Matthew Campbell.El secretario Jack, como siempre muy eficiente, había construido toda una vida y una fachada para la familia estadounidense de los Campbell.Un contrato en beneficio de Ailsa y una certificación de matrimonio, retroactiva y válida.En realidad, con tantas buenas oportunidades, Duncan Cameron, el tío político de Matt, no había ascendido más en la empresa, porque no era una lumbrera que digamos y sí, bastante prepotente, creído y torpe en los negocios.Solo aprovechándose del dinero y la fama de la familia de su esposa, Isla Campbell, un pobre infeliz como él, había podido llegar a la cima.Pero por muy tonto que fuera Duncan, la junta directiva no lo era.Con la eminente muerte del patriarca y principal inversor, todos estaban como urracas, esperando a ver que parte de los restos de la fortuna y acciones de
- Bueno, esta sería nuestra habitación- le dijo Matt a Ailsa, mostrándole su amplio cuarto, con una pequeña sala, cómoda para ver la televisión y a continuación el dormitorio con su baño privado y su vestidor individual. Todo estaba decorado, de manera seria y con maderas oscuras, pero a Ailsa le gustó este estilo masculino. Nunca en su vida pensó estar invadiendo un espacio tan personal de Matthew y mucho menos, quedarse solos a compartir la habitación, como una pareja real. - Lo siento si te sientes incómoda con que tengamos que compartir la cama, prometo comportarme como un caballero- le aseguró Matt mostrándole la enorme cama King, sin saber que Ailsa estaba en un canal completamente diferente a sus palabras y pensando con vergüenza, como amanecía todas las mañanas, enrollado como un pulpo alrededor de la suave Ailsa. No sabía que tenía esa veta de pegajoso nocturno, pero claro, tampoco es que se hubiese quedado a dormir con muchas mujeres en su vida. Era de los que iba a lo q
Ailsa se tocaba con incredulidad la cara donde la mujer la había golpeado con toda su fuerza e incluso le había herido el labio inferior.- ¡Entonces, si tanto quieres pedir disculpas por los golpes de mi hijo, tendrás que pagármelos tú misma, o acaso tu cara es más importante que la de mi hijo y alégrate de que fue solo una bofetada, porque tengo ganas de destrozarte en el acto! - la amenazó la mujer- Y la factura del hospital, por supuesto que va a llegarte, ponle un bozal a tu perro, si no sabe comportarse en sociedad, como los seres humanos.Y tomando a su hijo de la mano, la mujer se fue muy digna, seguida de las otras amigas de Isla, que murmuraba y hablaban peste de Ailsa y su hijo.- ¡Mamá, mamá, te juro que ese niño fue quien empezó a decirme que tú eres una put4 y una calienta camas de hombres, una trepadora, arribista, no sé qué es eso, pero seguro es malo, ese niño es malo, me rompió mi juguete y después me empujó y se reía, es un malvado! - lloraba Callum, angustiado por
Ailsa se había quedado dormida, después de lograr tranquilizar a Callum, que no había parado de llorar en toda la tarde, diciendo que Matt lo iba a odiar, que se quería ir con Ailsa, que los niños aquí eran malos. Pasó mucho tiempo convenciéndolo y a penas y tocó su cena. Se durmió pensando en qué le diría a Matthew cuando llegara. No quería causarle más problemas de los que tenía, pero no se le ocurrió ninguna escusa para lo de la evidente bofetada en el rostro. - Dime que sucedió, ¿quién se atrevió a golpearte? - le preguntó Matthew, pasando suavemente los dedos por su mejilla magullada y apretando los dientes con enojo. - No te preocupes, Matt, fue algo sin importancia, un error mío, solo… - Ailsa, ya basta, dime quién te golpeó y lo que sucedió, sea lo que sea, nunca es un error tuyo, ni justifica la agresión- la interrumpió Matthew - ¿Fue mi tía, cierto? Te dije que no debías aguantarle nada, no lo hagas por mí. Ailsa, mírame, no llores, no llores pequeña... Matthew la abr
- Según el recuento de votos, el nuevo presidente elegido del Grupo C&B es el Sr. Duncan Cameron - anunció el secretario Jack, luego de que todos los presentes hicieran valer su voluntad.El lado de Duncan estaba eufórico, felicitándolo y dando miradas de suficiencia al lado de Matthew, donde se veía a los directivos visiblemente preocupados.Incluso más de uno pensando en la mala decisión que había tomado, al apoyar al nieto de Angus.Ahora serían aplastados sin piedad por el lado ganador.Matt tenía el ceño fruncido visiblemente, no sabía que había prometido Duncan a los demás socios para obtener el apoyo suficiente, como para no solo hacerle la competencia, sino ganarle, por la mínima, pero una victoria al fin al cabo.Lo había subestimado y aquí estaba el resultado.Todo, por lo que su abuelo había trabajado arduamente, sería destruido en las manos de ese incompetente.- Lo siento Matthew, en realidad, hasta a mí me sorprendió, no me quiero ni imaginar las concesiones que hará Dun
Callum y Ailsa miraban asombrados todo el hermoso paisaje. Matt se divertía con ellos.Parecía que él era el que había vivido toda su vida en Escocia y ellos de verdad acababan de llegar de los Estados Unidos, así de metidos estaban en su papel.Salieron temprano en la mañana, porque tampoco quería darles tiempo a sus queridos parientes de tramar nada.Desayunaron en el camino y luego siguieron su recorrido de horas, hasta el pueblo apartado, donde vivía la Sra. MacLeod.Matt estacionó el auto en las afueras de una alta reja que le impedía el paso. Se bajó del auto y Ailsa vio como conversaba durante un tiempo con un señor mayor, que salió a recibirlo de una pequeña caseta de seguridad.Después de mucho ir y venir, al final los dejó pasar y Matthew se preguntó que, si este solo había sido el primero obstáculo, no se imaginaba las negociaciones con la Sra. MacLeod.A través de kilómetros de cultivos y árboles, como un bosque encantado, llegaron a una finca antigua, muy bien conservada