Litza Cooper

Emeric nos llevó a la mansión de Antonella, se regresó a su forma humana y vistió con un short deportivo. Se veía preocupado por todo lo que está ocurriendo, sin embargo, yo me muero por dentro tratando de mantener la calma por mi hijo. Cuando trajeron a Tyler lo llevaron hasta una habitación, Kalen enseguida fue hasta donde este.

—Tío, ¿estás bien? —le cuestiono sujetando su mano, Tyler se recostó como pudo.

—Lo estoy cachorro, no debes preocuparte —mascullo hacia este, me miro—. Darek es fuerte —me dijo para reconfortarme, Antonella ingreso a la habitación mientras que pude notar tensión entre ambos.

—Esperaré con Emeric —murmuro para dejarlos solo, no sé qué habrá ocurrido entre ambos, sin embargo, espero puedan resolver su problema. Las siguientes horas pasaron lentas y cada minuto que transcurría era una eterna tortura a mi cabeza pensando que algo le había sucedido a Darek.

—Debemos salir de la manada —propuso el chico levantándose del sofá.

—¿Qué? ¿Y Darek? —