Kira PetrovaHe salido con Cedric más de una vez en toda la semana y ha sido maravilloso. Es atento y siempre me deja en claro lo mucho que le gusto, aunque debo admitir que sus besos no se comparan con los de Dmitry; mi Adonis perfecto. Estoy tratando de no darle muchas vueltas al asunto porque sé claramente que él es casado y yo solo soy su muñeca de baile. Sin embargo, me es difícil mantener esa idea en mente por mucho tiempo, ya que recuerdo lo bien que se sienten sus labios al unirlos con los míos y termino añorando más sus besos. Como ahora no estoy yendo al club, no veo casi a las chicas. Entre mi horario, Cedric y los ensayos se me ha dificultado pasar más tiempo con ellas. Si bien es cierto que cada una tiene su estilo de vida, antes frecuentábamos más cuando salíamos a comprar lencería para presentar nuestro acto y cosas así. Ahora él poco tiempo que me queda libre Cedric lo acapara. Yelena me ha dicho que tenga cuidado porque desde que estoy con él las he dejado un poco
Kira PetrovaDurante todo el camino hablamos de todo un poco, y me doy cuenta de que con Cedric es muy cómodo hablar. Realmente es una persona que sabe escuchar y busca de expresar sus ideas sin hacerte sentir mal, lo cual aprecio mucho. Durante todo el camino he sentido el teléfono vibrar, pero no le tomo ninguna importancia. Finalmente, llegamos a un restaurante muy hermoso, es al aire libre y se visualiza un paisaje espectacular. —Esto es hermoso, Cedric…—¿Te gusta?—Sí, me encanta. ¡Gracias! Sonríe y tomamos asiento en uno de los lugares disponibles.Un camarero se acerca a nosotros y nos toma la orden. Desde que ignoré la llamada mi móvil no ha dejado de vibrar, no sé quién carajo se antoja de llamar justamente cuando estoy en una salida con Cedric. —Kira. —Interrumpe Cedric mis pensamientos.—¿Sí?—Nena, realmente no mentí cuando te dije hace un momento que te ves muy hermosa…—Gracias, amor…Se acerca a mí y me da un beso suave y a la vez posesivo. Comienzo a sentir mi cuer
Dmitry SokolovApenas supe la verdadera identidad de mi hermoso ángel no dudé ni un momento en enviar a mis hombres a seguirla. Necesito saber lo que hace, quiénes son sus amigos y si algún imbécil está rondándola porque de ser así, lo enviaré a volar de inmediato. No dejaré que nadie se le acerque, ella me pertenece desde el primer momento en que la vi salir al escenario en el club; más ahora que logré saborear sus exquisitos labios. Me estoy bajando del avión cuando escucho mi móvil sonar. Veo la pantalla y descuelgo la llamada de inmediato. —Dime.—Señor, la señorita acaba de salir con un joven.—¿Cómo que acaba de salir con un joven? ¡Explícate!—Sí, por lo visto es su novio porque van tomados de la mano y en varias ocasiones se han besado —¡Debe ser una puta broma!, pienso—. Dígame, ¿qué hacemos? —Síganlos y envíame su ubicación. —Cuelgo la llamada y camino rápidamente hasta el auto.—Cancela todo lo programado, iremos a otro lugar —le ordeno a Petter mi conductor.—Sí, señor.
Kira PetrovaSalgo del restaurante dando grandes zancadas y con un nudo en mi garganta indescifrable. Parece tonta mi reacción lo sé, pero la verdad es que estoy molesta conmigo misma por haber caído en su trampa. No puedo creer que perdiera algo tan preciado para mí por una simple calentura con un hombre casado. ¡Carajo! Me dejé llevar por el deseo que siento por él y por lo que me hacían sentir sus caricias en ese momento, ¡soy una estúpida! Y Cedric, ¡Dios santo! Qué pensará de mí cuando se entere de quién es realmente Dmitry; estoy segura de que no se creyó nada de que es mi padre. Lo más seguro es que me esté esperando para que le dé explicaciones. De solo pensarlo mis manos comienzan a sudar y siento un escalofrío recorrer mi cuerpo. Veo una tienda de ropa y entro en ella para reemplazar lo que Dmitry rompió hace un momento en el restaurante. No quiero ir por la calle sin ropa interior, menos utilizando esta falda que con una simple brisa es capaz de levantarse y mostrar todo.
Dmitry SokolovEstoy perdiendo la poca paciencia que tengo con el temperamento inestable de Kira. Salgo del restaurante muy cabreado. Mis fosas nasales se ensanchan demostrando el grado de rabia que me consume por el simple hecho de que se arruinara este momento. Convertirme en el dueño del cuerpo de Kira ha sido una de mis mejores experiencias de mi vida. desconocía este tipo de sentimientos que se pueden llegar a sentir al tener sexo con alguien. Si bien es cierto que Alexandra me satisface, mi cuerpo no tiene la misma reacción que cuando estoy cerca de Kira y descubrir que era virgen fue una gran sorpresa. Es la chica ideal para amoldar a mis gustos tan peculiares. ¡Diablos! Estaba tan embelesado por ella que se me olvidó por completo usar protección. —Da la vuelta, iremos a la Academia de Ballet Vaganova —ordeno.—Como ordene, señor. —Antes de llegar detente en una farmacia.Él asiente mirando a través del retrovisor. Minutos después me encuentro saliendo de la farmacia con un
Kira PetrovaSiento mi pecho subir y bajar luego de que Dmitry se apoderó de mí. Descanso mi cuerpo en la misma pared en la que me arrinconó mientras él continúa dentro de mi vagina. Deposita un beso en mis cabellos y lo escucho decir:—Traje algo para ti por eso estoy aquí. Demoro en reaccionar porque no tengo ni la más mínima idea de lo que será. Sale de mi interior y me gira. Fijo mi vista en su pecho mientras él acomoda su miembro dentro de su pantalón. Coloca sus manos en mis mejillas y me hace mirarlo a los ojos.—Eres perfecta, Kira —pasa su dedo pulgar por mis labios y añade: De ahora en adelante tus labios serán mi perdición y tu coño jugoso será mi adicción. No quiero a nadie más cerca de ti, nena menos al imbécil de hace un rato —coloca su mano detrás de mi cuello y lo aprieta con fuerza—. Quiero escucharte decir que lo entiendes, no deseo volver a verte con él.Al ver que no respondo él aprieta más su agarre haciéndome sentir un poco de dolor, pero no cederé a su petición
Kira PetrovaTodo mi cuerpo es un manojo de nervios; las palabras de Dmitry están causando un gran efecto en mí y no sé cómo evitarlo. —Tengo entendido que las esposas tienen más valor que una musa, ¿no es ese tu caso? —Lo único que necesitas saber es que te respetaré, Kira. No miento en lo que te digo; es cierto que no nos conocemos a la perfección, pero algo dentro de mí me dice que eres la indicada.—¿La indicada? ¿De qué hablas? —No te preocupes, son cosas mías —sonríe—. ¿Estamos bien? —Sigo sin estar de acuerdo en muchas cosas; no obstante, estoy segura de que perderás y eso me reconforta mucho. —Y dices que yo soy el cruel…—Quiero vivir mi vida, Dmitry. Explorar, conocer, disfrutar, ser libre, feliz, cumplir mis sueños sin importar el esfuerzo; y esto se logra si uno está totalmente centrado y no tiene ningún tipo de distracciones. —Es decir que soy una distracción para ti… —sonríe y tengo que reponerme del cosquilleo que siento al verlo tan sexy. Carraspeo antes de resp
Dmitry SokolovSalgo de la habitación de Kira con una gran sonrisa en el rostro. No sé si es por el simple hecho de que saldré victorioso ante el trato que hemos hecho o porque sé que muy pronto nada ni nadie se entrometerá en lo nuestro. Deseo poseerla la mayoría del tiempo, bueno al menos el que ella pueda según sus clases. Lo cierto es que nadie había sido capaz de enfrentarme de la forma en que ella lo hizo y, ¡joder! Me excité al escucharla ponerme en mi lugar. Ella está segura y decidida de lo que quiere en su vida y eso terminó de volverme loco. La mayoría de las mujeres que me rodean me temen y son incapaces de dirigirme la palabra, en cambio, Kira es todo lo contrario. Al menos no teme enfrentarme y no imaginé que eso me llenara tanto de adrenalina. Se ve tan sexy cuando está molesta que el simple hecho de repetir la escena en mi cabeza hace que mi amigo comience a endurecerse. Subo al auto decidido a hacer una sola cosa, encontrar toda la información pertinente sobre Cedri