Agradable sorpresa

Lizandra

Realmente no logro entender cómo las cosas podrían haberse descontrolado de esa manera en tan poco tiempo y ahora me encontraba hospitalizada en un lugar del cual no tengo la menor idea de cómo voy a pagar, sin dinero, sin maleta, sin familia y, por supuesto, no puedo olvidar que sin novio. Es increíble cómo la traición de Samuel se convirtió en el menor de mis problemas.

Ya estaba previendo mi destino, que por cómo iban las cosas, pronto sería otra persona sin hogar, sin a quién recurrir. Quizás, si me pongo en contacto con la tía Lucrécia, ella esté más calmada e incluso haya entendido que jamás sería capaz de robarle y hasta me pida perdón por las acusaciones injustas. O tal vez no.

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