“Quiero el divorcio” Roger agradeció que fuera muda y no hablara porque nadie se enteraría, pero en eso escucho como algunos reporteros repetían las palabras de Débora, lo que significaba que habían traductores entre ellos. - Débora eres una ingrata mal agradecida – declaró Isabela acercándose a e
- Que… eso es men… - Pero me alegra que tocara ese punto abogado y ahora deseo preguntarle ¿por qué afirma que mi cliente NO TIENE DINERO? si ella es la señora Petrovic - preguntó mirando a los ojos a Roger - díganme ¿porque la mujer del CEO multimillonario no posee ni un centavo en su bolsillo com
- En ese caso deberemos aplazar este juicio… Te gane estúpida - pensó Roger sonriendo con malicia, ya que gracias a sus amistades logró averiguar el nombre del traductor para el juicio y lo soborno para que no se presentará, lo que significaba que por hoy se terminó el juicio y ahora la obligatori
- Eso no es verdad, yo necesito a Devora a mi lado – declaró Roger colocándose de pie. - ¿Para que tengas a tu criada que te lave y cocine gratis? – preguntó Cristian empleando un tono sarcástico en su voz – las pruebas de tu infidelidad son demasiado claras y sé que esto inicio al mismo tiempo que
- No señoría, no puede hacer eso – declaró Roger enfurecido. - Entonces, dígame ¿por qué no debo aprobar el divorcio? Roger miró a Juan para hacer que reaccionara y hablara, porque simplemente lo estaban humillando. - Perdón, señoría, ejem… - Juan se colocó de pie tratando de verse seguro mientra
- Señora adelante, suba al estrado. Isabela avanzó hasta el estrado y tras dar el juramento tomó asiento. - Señora podría decirnos sobre cómo ha sufrido su hijo a manos de… - Objeción – le interrumpió Cristian – no que él ama a Débora, entonces ¿cómo puede estar diciendo que ella es grosera y mal
Por suerte ahí el video se detuvo, pero era lógico que Cristian lo tenía completo y ahora Isabela estaba muy asustada, porque podía notar que su esposo estaba furioso y ahora estaba mandando mensaje a alguien. Para rematar Isabela podía escuchar como todo el público murmuraba y la señalaba con el d
- ¡Que! usted no puede… - se quejó Roger colocándose de pie de golpe. - Si puedo y de hecho no estoy de acuerdo con la petición de la señora Débora, por lo que usted estará obligado a darle una pensión alimenticia de 25 mil al mes, para sus gastos y sus cuidados prenatales. - 25 mil es demasiado y