Capítulo 5
"Selina, ¿has olvidado el protocolo de nuestro reino?", me espetó Ryan con sus ojos dorados encendidos de rabia, su voz sonaba más helada que el mismo invierno.

Con una delicadeza casi teatral, ayudó a Saya a incorporarse, rozando su mejilla hinchada con una preocupación exagerada.

"Discúlpate ahora mismo", me ordenó en voz baja pero firme. "Inclina la cabeza y admite tu error ante todos. Si lo haces, olvidaré este incidente".

Tuve que contener una carcajada al recordar la ingenuidad que tenía en mi pasada.

En aquella otra vida, al descubrir el engaño de Saya, le escribí detalladamente a Ryan sobre sus manipulaciones, sobre todo cómo usaba su supuesta fragilidad para ganarse el favor de los ancianos.

"Ten cuidado", le advertí, "cada movimiento de Saya está fríamente calculado".

El desenlace fue rápido: al día siguiente, Saya apareció muerta por un supuesto envenenamiento. No fue una farsa esta vez, fue real. Los rumores decían que no pudo soportar la vergüenza y las habladurías.

Ryan solo me dijo: "Gracias por la advertencia, Selina. Los traidores al Rey Alfa siempre pagan las consecuencias".

Durante años creí que él había confrontado a Saya, empujándola al suicidio. Era conocido por su crueldad y venganza implacable. Pero solo en mi lecho de muerte comprendí lo que quiso decirme. El traidor del que hablaba no era Saya, sino yo.

"¿Me estás escuchando, Selina?" La voz de Ryan me devolvió al presente. "Saya es inocente. Yo elegí casarme con ella. Yo decidí romper nuestro compromiso".

Lo miré con una sonrisa burlona, levantando ligeramente el mentón. Este hombre, que todos admiraban por su astucia, ahora me parecía demasiado patético.

"Annie", me dirigí a mi doncella con voz serena, "los líderes de las Cuatro Grandes Manadas están en el salón superior, ¿verdad?"

Al verla asentir tímidamente, me encaminé hacia el elevador, con Ryan pisándome los talones.

"¡Detente!" me exigió. "¡Su visita es confidencial!"

Por supuesto que lo sabía. Mi simple fiesta de cumpleaños no merecería la atención de tan importantes personajes. Estaban aquí por el creciente poder de los Johnstone, por las conquistas de mis hermanos en la frontera, por el dominio de mi padre sobre los ricos bosques del norte. La Manada Colmillo de Nieve se había vuelto demasiado poderosa para que la ignoren.

Mientras tanto, Ryan había actuado imprudentemente, proclamando a los cuatro vientos su amor por Saya durante tres días seguidos. Leopold, el actual Rey Alfa, no podía permitirse enemistarse con mi familia.

"¡Selina!", Ryan me alcanzó en el elevador. "¡No uses tu cumpleaños para mendigar ayuda! Ya prometí casarme con Saya. Renuncia por las buenas y compensaré generosamente a tu manada".

Me detuve y lo miré con una mirada gélida que lo desconcertó. Ryan, quien jamás había enfrentado verdaderos obstáculos como heredero al trono, nunca entendió lo que significaba tener una verdadera reina a su lado.

Al entrar al salón, Leopold me recibió calurosamente desde su lugar privilegiado. "Mi pequeña princesa, ¿qué te trae aquí con tanta urgencia?"

Ante la presencia de los líderes de las Cuatro Grandes Manadas y la nobleza licántropa, le hice una elegante reverencia.

"Honorables ancianos", comencé, "todos conocen la historia de Ryan y su salvadora Saya, un amor a primera vista. No deseo ser un obstáculo ni crear incomodidades".

"Por ello, les pido sean testigos. Yo, Selina, princesa de la Manada Colmillo de Nieve, solicito formalmente la disolución de mi compromiso con Ryan".

Mi declaración sumió la sala en un silencio absoluto.

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP