Nathan POV:
La música atronaba, las risas eran demasiado estridentes, el champán demasiado amargo.
Cada tintineo de copa, cada risita fingida, cada palmada de felicitación en la espalda de Agatha me dolía como un puñetazo en el estómago.
Estaba en la sombra, como un fantasma en este festín opulento, viendo cómo la vida que había tirado por la borda se desarrollaba ante mis ojos.
Y allí estaba ella, el centro de todo, radiante con un vestido negro que se ceñía a cada curva.
Agatha.
Mi Agatha.
Riendo, sonriendo, sus ojos brillando con una alegría q
Agatha POVEl aire fresco de la noche era un bálsamo bienvenido para mi piel acalorada, un marcado contraste con el ambiente sofocante del salón de baile.La gala benéfica, un torbellino de sonrisas forzadas, conversaciones educadas y el tintineo de copas de champán, me había dejado exhausta, emocionalmente agotada.Me apoyé en la barandilla de la terraza, el metal frío una presencia firme bajo mis dedos. Cerré los ojos, respirando hondo, intentando encontrar un momento de paz, un resquicio de claridad en medio de la tormenta que rugía en mi interior.La asociación con Campbell Enterprises era un éxito, una victoria estratégica que hab&ia
Nathan POVEstaba fuera de la habitación del hospital de Aldo De Rossi, mi mano suspendida sobre el pomo, mi determinación flaqueando.¿Qué estaba haciendo aquí?¿De verdad creía que enfrentarme al padre de Agatha, el hombre al que había agraviado, el hombre cuya empresa casi había destruido, iba a arreglar las cosas de alguna manera?Las palabras de Agatha, pronunciadas semanas atrás en los asépticos confines de la cafetería del hospital, resonaban en mi mente:—"¿Crees que este… ‘noble sacrificio’ lo arregla todo? ¿Crees que borra todo lo demás, todo lo que has hecho?".
Agatha POV—Has estado muy callada, mi niña. ¿Algo que te preocupe?La voz de papá, aunque debilitada por su enfermedad, seguía teniendo su agudeza familiar, cortando el silencio que se había instalado entre nosotros. Estaba recostado en su cama de hospital, con aspecto frágil contra las sábanas blancas y nítidas, pero su mirada era tan perspicaz como siempre.Forcé una sonrisa, mis dedos trazando el borde de la gastada tarjeta de "que te mejores" en su mesita de noche.—Solo pensando en NexGen, papá. La reunión del consejo de la semana que viene…—Ah, los tiburones están rondando —dijo, una risa seca retumbando
Agatha POV:—Esto no puede ser verdad.Miré fijamente el documento en mi pantalla, el corazón latiéndome con fuerza contra las costillas. Las palabras nadaban ante mis ojos, un revoltijo de jerga legal y cifras financieras que, al unirse, pintaban un panorama aterrador.Mis dedos temblaban mientras volvía a desplazarme hasta la parte superior del archivo, releyendo el encabezado por lo que parecía la centésima vez.De Rossi Family Holdings – Auditoría Interna Confidencial.Confidencial. Interna. Mi padre nunca mencionó nada sobre una auditoría interna. Siempre fue transparente conmigo sobre las finanzas d
Nathan POV:—Voy de camino, Agatha. No te preocupes. Todo saldrá bien.Las palabras me supieron a ceniza en la boca, una promesa vacía que ni siquiera estaba seguro de poder cumplir. Pero era lo que ella necesitaba oír. Agatha, desesperada, vulnerable, recurriendo por fin a mí, viéndome por fin como algo más que el villano de su historia.Una oleada de algo parecido a… ¿triunfo?, quizás incluso esperanza, se agitó en mi interior. Esta era. Mi oportunidad. Mi ocasión de reescribir nuestro final, de demostrarle, de demostrarme a mí mismo, que podía ser el hombre que ella necesitaba. El hombre que ella merecía.Colgué el teléfono, el clic resonando en el vac
Charles POV:—Campbell —escupió Nathan, su voz cargada de veneno. La palabra flotó en el aire como una maldición, densa de odio y resentimiento.Entré en el despacho de Nathan, dejando que mi mirada recorriera la habitación, asimilando las señales de su imperio en ruinas: los montones de correo sin abrir, la botella de whisky medio vacía sobre el aparador, el aire general de abandono que impregnaba el espacio, antes impecable.—Richards —repliqué, mi voz suave, un marcado contraste con su rabia cruda—. Qué coincidencia encontrarte aquí. ¿O debería decir, todavía aquí? Charles POV:—Jasmine, cancela mis reuniones de la tarde.Las palabras salieron antes de que siquiera registrara el pensamiento, un reflejo perfeccionado por años de ejercer el poder, de chasquear los dedos y esperar que el mundo se reorganizara en consecuencia. Pero mientras observaba la ceja perfectamente esculpida de Jasmine arquearse en esa familiar pregunta silenciosa, un atisbo de… algo parecido a la vergüenza pinchó mi conciencia.—¿Todas, Charles? —preguntó, su voz un modelo de neutralidad profesional, y aun así detecté una sutil corriente de… ¿preocupación? ¿O solo estaba proyectando?Agité una mano despreocupadamente, apartándome de los ventanales dCAPÍTULO 85
Agatha POV:—No vuelvas a llamarme, Agatha.La voz de Nathan, afilada y fría, cortó a través del teléfono, haciéndome encogerme.—¿Qué? Nathan, ¿de qué estás hablando? —pregunté, mi voz una mezcla de confusión y una repentina y aguda punzada de ansiedad. ¿Qué había pasado ahora?—He dicho que no me llames —repitió, su tono plano, definitivo—. No voy a ayudarte. No voy a ayudar a NexGen. Haz lo que quieras. Ya me da igual.—¡Nathan, espera! —supliqué, el corazón latiéndome con fuerza contra las costillas—. Papá sigue en el hospita