Charles POV:Paseaba por mi lujoso ático, con la cabeza a mil por hora. El plan que mi aliada había ideado era audaz, arriesgado; una apuesta que podía ganarme a Agatha para siempre o hacérmelo perder todo.Me detuve frente a los enormes ventanales, contemplando las luces de la ciudad. A lo lejos, podía distinguir la mansión De Rossi, un recordatorio constante de la mujer que había cautivado mi atención.Agatha.Solo con pensar su nombre, un escalofrío me recorría la espalda. Desde el momento en que la conocí, hubo una chispa, una conexión que iba más allá de mi rivalidad con Nathan.Me cautivaba su inteligencia, su seguridad, su fuerza. Exigía respeto, negándose a ser controlada por ningún hombre. Y eso era precisamente lo que me atraía de ella.Pero ahora, al pensar en el plan, sentía una punzada de culpa. Utilizar las vulnerabilidades de Agatha en su contra no me parecía bien. Ya no se trataba solo de conquistarla. Era un juego de poder, de control.Me pasé una mano por el pelo, su
Agatha POV:Sentada en el enorme despacho de papá, sentía el peso del mundo sobre mis hombros.Las últimas semanas habían sido un torbellino de locos: demandas, periodistas acosándome y problemas en el trabajo que me llevaban al límite.El colapso de Richards Inc. lo había puesto todo patas arriba. Con la empresa de Nathan cayendo en picado, todos señalaban a NexGen, a mi familia. Nos acusaban de espionaje industrial y de jugar sucio, y yo me pasaba el día apagando fuegos e intentando mantener nuestra imagen intacta.Y entonces, cuando pensaba que las cosas no podían ir a peor, surgió una nueva amenaza. Un misterioso inversor de Xing Enterprises quería comprar una parte importante de NexGen. Era aterrador. ¿Qué significaría eso para la empresa de mi familia, para nuestro futuro?Suspiré, tamborileando con los dedos en el enorme y lujoso escritorio de papá. —Esto es un desastre, papá. Un desastre total.Mi padre, Aldo De Rossi, siempre tranquilo y dueño de sí mismo, me miró pensativ
Sentada frente a Charles en el elegante despacho de papá, sentía el peso de nuestra nueva “alianza” flotando en el aire. Una inquietud persistente me revolvía el estómago, por mucho que intentara convencerme de que todo iba bien.—Bueno, Charles —empecé, manteniendo la voz tranquila y firme—, ¿cuál es el plan? ¿Cómo lidiamos con este asunto de Xing Enterprises?Charles se inclinó hacia delante, apoyando los codos en la brillante superficie del escritorio. —Verás, Agatha, he estado investigando a fondo a Xing Enterprises. Y he descubierto algunas cosas… interesantes.Arqueé una ceja, curiosa a pesar de mis dudas. —Sigue.—Parece que Xing Enterprises ha estado haciendo algunos… negocios turbios últimamente. Negocios que, si salieran a la luz, podrían arruinarlos.Un escalofrío me recorrió la espalda. —¿Negocios turbios? ¿A qué te refieres, Charles?Levantó una mano, con expresión seria. —No me malinterpretes, Agatha. No estoy diciendo que tu familia haya hecho nada malo. Pero Xing Enter
Los días se convertían en semanas, una caótica maraña de reuniones y planificación estratégica. La posible alianza entre Campbell Enterprises y NexGen parecía un baile complicado y gigantesco, y yo estaba atrapada en medio, intentando contentar tanto a mi padre como a Charles.Y mientras tanto, una vocecita en mi interior susurraba: "¿Y qué es lo que tú quieres, Agatha?".Pero era difícil siquiera pensar en lo que quería con la sombra de Nathan todavía presente. Era como una mala hierba en mi jardín perfectamente cuidado, apareciendo una y otra vez por mucho que intentara arrancarla.No podía olvidar el día que apareció en mi casa, con sus ojos suplicantes y su voz rota por el arrepentimiento,
Me quedé mirando la pantalla del ordenador, mi reflejo me devolvía la imagen de una mujer con ojeras marcadas y el ceño fruncido. El agotamiento me consumía, pero dormir era un lujo que no me podía permitir últimamente.La amenaza de Xing Enterprises lo eclipsaba todo. Charles y papá trabajaban sin descanso para encontrar una forma de evitar que se hicieran con NexGen.Charles estaba… intenso. Siempre presente, ofreciendo ayuda, consejos y esas caricias furtivas que me ponían la piel de gallina.Pero después de lo del anillo, una parte de mí se resistía a confiar plenamente en él. Decía todas las cosas correctas, pero sus métodos… a veces me parecían demasiado despiadados, demasiado calculados.El móvil vibró, sacándome de mis pensamientos. Era un correo de… Nathan. El corazón me dio un vuelco. ¿Por qué se pondría en contacto conmigo?Abrí el correo con los dedos temblorosos. Era breve, el asunto simplemente decía: «Algo que debes saber».Contuve la respiración mientras leía sus palab
Nathan POV:Mi dedo flotaba sobre el botón de enviar, una gota de sudor resbalaba por mi sien. El borrador del correo electrónico parecía peligroso, como una bomba a punto de estallar. Enviarlo dinamitaría cualquier posibilidad de arreglar las cosas con mi padre, y tal vez incluso destruiría Richards Inc.—¿Qué estoy haciendo? —me pregunté—. ¿De verdad voy a traicionar a mi propia empresa?Pero el recuerdo de Agatha en la mansión De Rossi, el dolor en sus ojos, la forma en que Charles se cernía sobre ella como si la poseyera… encendió un fuego desesperado en mi interior.No podía permitir que la hicieran daño. Tenía que hacer algo. Aunque me costara todo.No podía dejar que Xing Enterprises destruyera el legado de su familia. No cuando sabía que Agatha era su objetivo. No cuando yo tenía el poder de detenerlos.—No se trata de recuperarla —me dije a mí mismo, aunque una parte de mí sabía que mentía—. Se trata de hacer lo correcto. De ser el hombre que ella se merece.Respiré hondo, ce
Agatha POV:— ¿Agatha? —Su voz, ronca por la sorpresa, me provocó un escalofrío. "Dios mío, qué iluso" pensé, poniendo los ojos en blanco. ¿De verdad creía Nathan que una simple llamada podía borrarlo todo, arreglar el desastre monumental que había montado?Respiré hondo, obligándome a mantener la voz tranquila y fría. Hora de ponerme la máscara de profesional. —Sí, Nathan, soy yo —dije—. Perdona que te llame tan tarde.—Puedes llamarme cuando quieras —dijo, con la voz más suave ahora, transmitiéndome una calidez que aparté rápidamente de mi mente.—"No caigas en la trampa, Agatha. Recuerda lo que hizo"— me recordé a mí misma. No podía bajar la guardia ni un segundo.—¿Está Camille en la habitación? —pregunté, endureciendo el tono—. Por favor, Nathan, no estoy para tus jueguecitos. Respeta a tu prometida, y respétame a mí.Me resultaba extraño, un poco hipócrita, ser yo la que exigiera respeto por su prometida, pero la idea de imaginármelos juntos, en su cama, me revolvía el estómag
Charles POV:Paseaba por el elegante despacho de Aldo, con una sonrisa confiada pegada a la cara. Agatha me esperaba, con el ceño fruncido, estudiando unos documentos esparcidos sobre la enorme mesa de caoba. La luz de la mañana que se filtraba por la ventana iluminaba su pelo, convirtiéndolo en un halo de fuego dorado.—"Está aún más guapa cuando se concentra"—, pensé, sintiendo una punzada de deseo en el pecho que me sorprendió incluso a mí.—Buenos días, mi amor —la saludé, con voz suave y cálida.Levantó la vista, con la mirada cautelosa. —Charles. No sabía que venías hoy.Su voz era fr&ia