Parte XII.- Solo una vida.

El proceso para desprenderme de la armadura fue difícil y algo desagradable. El hecho de tener esa cosa ligada a mi alma me hacía sentir como si me estuviera quitando una parte importante de mi cuerpo… casi como arrancarme una mano.

Metimos todo en un gran saco y nos dirigimos a la posada. Estaba casi anocheciendo, las calles ya no estaban tan abarrotadas y la mayoría de los puestos y locales estaban cerrados.

Al llegar, Sora se abrió paso entre la multitud hasta llegar al bartender.

—¡Oye! ¿Dónde está Mary?

El bartender lo miró con desagrado.

—¿Puedes dejarla tranquila? Ya te dijo que no quiere verte.

Me senté al lado de Sora e intenté averiguar quién era Mary, dando un vistazo a los recuerdos de Aldric.

Al parecer, Sora había tenido un romance con la hija del bartender, pero no terminó nada bien, esto, principalmente por su mala costumbre de engañar a las mujeres o al menos eso era lo que decían los rumores, ya que al
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