XXXXXII

Fuimos con Ayla hasta el lugar donde Lucien permanecía recluido. Uno de nuestros Betas nos recibió, hizo una reverencia.

- Alfa Ayla… Alfa Helena - Luego se retiró de la puerta para permitirnos el paso.

La celda donde estaba Lucien era una habitación de alta seguridad, no podía ser nada menos para un Alfa tan fuerte como él. Cerramos la puerta, tras nosotros y miramos hacia mi padre, él se encontraba sentado en una silla, con su vista al suelo. Poseía grilletes en sus manos y, también, en sus pies para dificultar una posible huida.

Al verle, Ayla corrió hacia él.

- Lucien… - lo abrazó y él volteó el rostro. Ayla acarició sus mejillas con sus manos

- Padre - dije. No sabía cómo enfrentarme a él, después de lo que había ocurrido

- Después de todo lo que ha ocurrido, ¿Aun me dices padre, Helena? - Sentí dolor en mi corazón al escuchar sus palabras - no puedo mirarlas a la cara. No puedo creer como me dejé engatusar tan fácilmente. Soy un completo inepto. Ayla Desaparece por unas horas…
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