Duke se quedó mirando el exquisito rostro de Adina y no pudo evitar tragar saliva.

"Señor Winters, por favor, mueve la pierna un poco. Mi botella de agua está debajo de su pierna".

Adina se agachó y le acarició la pierna bajo la silla.

Duke se tensó de repente.

Esta mujer acababa de tocar el dobladillo de sus pantalones, pero lo sintió en su corazón por alguna razón.

Recordó su cara roja y su figura curvilínea en el crucero de aquel día... y el tenue aroma de su cuerpo.

Inconscientemente se inclinó hacia delante y respiró cuando se enfrentó a su nuca.

Era el mismo aroma que pertenecía a aquella mujer de hace cinco años.

¿Cómo era posible que no fuera ella la que se había acostado con él aquella noche?

"Señor Winters, por favor, hágase a un lado...", le dijo Adina.

Duke volvió a salir de su aturdimiento e inmediatamente se dio cuenta de lo que acababa de hacer.

¿No era esto algo que a Trent le gustaba hacer? ¿Estaba poseído por el espíritu de Trent?

Miró a los niños que esta