—Bueno —Levantó los brazos para rendirse antes de tirar todos los cigarrillos y el encendedor de su bolsillo a la papelera.

—¿Qué debemos hacer ahora? —preguntó. Miró con recelo el perfil lateral indiferente y hermoso de su hermana, pareciendo impotente—. No puedo entender su relación. Solo puedo dejarte esto a ti.

—Quiero hablar con Raina —dijo Melody—. Aunque no podemos contarle sobre el incidente de Grapie, al menos puedo entender lo que ocupa su mente. Creo que no se separó solo porque George no la acompañó. Algo más debe haber sucedido que le rompió el corazón por completo.

—Claro —dijo casualmente Alden—. Si no puedes manejarla, lo haré por mi cuenta.

Habló tranquilamente, pero la frialdad brilló en sus ojos.

Melody no pudo evitar tener la piel de gallina.

—Al, eres un líder en la Red de Seguridad Nacional. ¿Puedes dejar de comportarte como una persona peligrosa? Da miedo, ¿de acuerdo? —ella dijo.

Alden respondió:

—Tonterías.

¿Era peligroso?

Era claramente u