Adán/Benjamín "¿Tomás?"

Una de mis mayores faltas es poder dormir boca abajo, pero desde que comencé a desarrollar cierto volumen en mi abdomen, todo se volvió más incómodo.

"¡Infierno!"

Me negué a despertarme, no era mucho pedir que pudiera dormir al menos cinco horas seguidas. Mis días habían sido un infierno y yo no era un robot con batería infinita.

Pero luego algo sigue frotándose contra mi espalda con firmeza en un intento de molestarme, cuanto más me hago el muerto, más esos dedos del diablo agotaron mi paciencia.

— ¡Eres increíblemente molesto! — Comento con rabia. — ¿Qué quieres, Tomás?

En el momento en que me doy la vuelta en la cama y abro los ojos, soy bombardeado con una carga eléctrica que consume mi cuerpo tan pronto como veo a Adam sentado a mi lado.