Por lo pronto, Aren acaricia mi cabello con ternura mientras que continúa hablando, y yo no puedo evitar sentir la mejor sensación del mundo al respecto. — Helen, sé que acordamos en que no íbamos a comprometernos, pero tengo que ser muy sincero contigo, y no puedo evitar pensar en lo que me dijiste. Tienes razón, la vida nos sorprende, y las personas que creemos que solo estarán en nuestras vidas por un momento, terminan convirtiéndose en algo mucho más fuerte que solo presencia. No digo que debamos cambiar nuestra dinámica acordada, pero tengo que decirte que no puedo negar que en este momento, estoy sintiendo cosas por ti de las que nunca imaginé que alguna vez en la vida llegaría a sentir. Sus palabras casi provocan que mi corazón haya sufrido un ataque debido a la sorpresa que estas generaron en mí. Me puse a reflexionar en silencio, preguntándome a mí misma: ¿Realmente podría llegar a existir algo más entre nosotros? ¿Realmente era conveniente para nosotros llevar nuestra rela
Aren asiente, sus ojos me miran con comprensión, reflejando que sentía empatía hacia mi situación. Él siendo el rey alfa de su manada parece entender mi situación cómo es.— Exacto, conozco muy bien lo que es no tener tiempo ni privacidad para ti mismo. Lo vivo a diario con esta manada, a veces he llegado a sentir la necesidad de renuncia ante todo y convertirme en un omega para que nadie más pueda molestarme y saber de mí. Pero luego recuerdo lo difícil que es ser un solitario omega y me arrepiento de mis pensamientos. En fin, deberíamos entonces planificar muy bien la escapada de esta noche. No quiero que llegues a correr ningún riesgo, no quiero llegar a saber qué puede pasar donde nos vean. Tenemos que asegurarnos muy bien de que nadie note nuestra presencia y así puedas ingresar al castillo sin ningún problema. Y después, volvemos aquí para asegurarnos de que todo marche bien, ¿De cuerdo? — propuso Aren, mostrando su lado protector y preocupado, sin ser exagerado. Asentí, miránd
Pronto, me doy por enterada de quién es el que estaba acechándonos a Aren y a mí, efectivamente, era Edward. Supe que era Edward por qué de tantas veces que compartimos la cama, parece ser que mi nariz ahora era capaz de olfatearlo y distinguirlo tan fácilmente. — ¡Edward! ¡Ya sé que eres tú! ¡Bájate de ese árbol, ahora mismo! — le dije a Edward sin necesidad alguna de tener que hablarle en voz alta, casi que a los gritos para que pudiera escucharme, pues yo sabía muy bien que él me escucharía aun permaneciendo trepado desde la copa más alta del árbol en el que se encuentra trepado. Edward se baja del árbol de un solo salto, y se acerca hacia donde estoy, puedo ver que él trae en su espalda, una mochila, haciéndome pensar: ¿Acaso él me ha traído ropa? Si es así, ¿Cómo le ha hecho él para haberme encontrado? Ahora, debo de ser sincera de qué me estaba causando muchos nervios pensar en la idea de que Edward pudiera darse cuenta de las cosas que habían ocurrido entre Aren y yo tanto en
Antes de que yo hubiera podido decir algo sobre esto, Aren se acercó a nosotros, pude notar que él echaba chispas, como si estuviera enojado no solamente conmigo por lo que hice anteriormente de escaparme, sino porque parece ser que él ha visto todo lo que ha estado ocurriendo con Edward en ese instante.— ¡Helen! ¿Qué carajos crees que haces? ¿Por qué hiciste eso hace rato de escaparte sin haberme dicho que sucedía? ¿Qué no entiendes que esto es realmente peligroso de que esté ocurriendo? ¿Qué hace él aquí? ¿Cómo supo dónde encontrarnos? Realmente, pensé que tú eras la única que sabía en dónde vivo yo… — comenzó Aren a cuestionar como si él se sintiera atacado en este momento por la presencia de Edward.— Aren, ¿Quieres calmarte? Ella es la reina que te quede claro, y además, no deberías de estarle a ella pidiendo explicaciones de por qué hace lo que hace. Además de que todo esto ha sido mi culpa, debí haber encontrado la manera de como avisarles a ustedes de que estaba de camino par
Luego de haber escuchado con atención las palabras frías de Edward, en medio de nosotros, se produjo un incómodo silencio del que ninguno de nosotros tuvo la valentía de impedir que sucediera. Las tensiones del momento se acumulan en el aire, y mi mente trabaja a toda velocidad para encontrar las palabras adecuadas que pudieran controlar la tensión de la inesperada situación, pues ahora a mis problemas se sumaba uno más. Pronto, decidí ganarle a Edward en ser yo la que primero rompería el silencio que nos acompañaba para así querer aclarar las cosas con él. — Edward, entiendo que te sientas preocupado y confundido. Pero todo lo que está ocurriendo es muy complejo de solucionar, y no deberías de apresurarte en juzgar acerca de la relación que tengamos Aren y yo en este momento. Además, debo ser sincera contigo, las cosas han cambiado, y la única manera que nos queda a todos de sobrellevarlas, es trabajar juntos en esto, apoyándonos mutuamente el uno con el otro por qué lo cierto es q
— Hola, Aren. Sí. Está todo bien, no tienes que preocuparte de nada. Gracias por el detalle, no esperaba encontrarme con este obsequio que me imagino, es de tu parte — le dije, mientras señalo con la mirada el ramo de flores y sigo cargando entre mis brazos al osito de peluche que me había encantado. Aren se acerca con una sonrisa tierna dibujada en su cara, y me regala un tierno beso en la mejilla sin pensarlo ni dos veces en siquiera haberlo hecho.— Me alegra que te haya gustado mucho, esperaba alegrarte un poco el día con este. Sé que las cosas están muy complicadas para todos, y con este detalle quiero que sepas que estoy aquí para ti, para lo que sea que necesites, no dudes en contar conmigo. Le sonrío y le miro con ojos de agradecimiento, mientras que sigo sosteniendo el peluche entre mis brazos, cargándolo cono si fuera un osito de verdad que era bebé y que necesitaba del cuidado de su madre mientras crecía y se convertía en un oso de verdad que pudiera sobrevivir por su pro
— No, Helen. Eso que planeas hacer está mal. ¿Es que acaso te has vuelto loca? De verdad, ¿Cómo estás pensando en ir a meterte con ese sujeto? — Aren insistió, sintiéndose muy enojado por lo que yo le proponía. — Aren, lo lamento, de verdad, créeme que esto no es algo que yo quiera hacer. Pero, no me queda más de otra, tengo que hacerlo. Es la única manera que encuentro de que este pueda hablar — dije a Aren, tratando de ser insistente con la decisión, pero no sin querer ser fastidiosa a tal punto de querer hacer enojarlo.— Reflexiona mejor las cosas, porque ni creas que voy a permitir que cometas esa locura. No te voy a apoyar con esto. ¿Entiendes? — dijo Aren con determinación, y volviendo a concentrarse a dar la vuelta para acercarse hasta la puerta de la habitación y retirarse de aquí, demostrándome que estaba muy enojado por mi decisión.— ¡Aren! ¡No te vayas así! — grité, pero ya era muy tarde, Aren se marchó y cerró la puerta de un portazo muy fuerte. Dejándome a mí allí, con
Aren suspiró profundamente para así él tratar de tranquilizarse un poco y decidió tomar un sorbo de su copa para antes de responder. — Helen, de verdad, entiendo tu urgencia y tu desesperación por encontrar una solución ante este problema por el que estamos pasando ahora. Lo sé porque yo también me siento igual, quiero encontrar una solución, ya mismo porque no quiero permanecer por toda la vida viviendo como si fuera un recluso que ha escapado de prisión y que no quiere que lo encuentre, pero en serio, debemos de hallar la manera correcta de hacer las cosas, sin precipitaciones, sin tener que apurarnos en tomar decisiones a la ligera. ¿Entiendes lo que digo? — dijo Aren. Me recargué en el respaldo del sillón, y me crucé de piernas, mirando a Aren fijamente a los ojos. — ¿Entonces qué es lo que propones, Aren? En verdad, así cómo lo sabes, no tenemos mucho tiempo, y mientras más nos demoremos, más complicado será para nosotros encontrar un buen plan para hacerle descubrir la verdad