Alfred. El rostro de Caroline se transformó, sus ojos, normalmente brillantes y serenos, se abrieron con una mezcla de miedo y sorpresa, la palidez comenzó a extenderse por su piel y su boca se entreabrió, como si intentara captar el aire que se le escapaba.— Después de que su amante muriera, mi esposa se deprimió tanto que se cortó las venas en nuestro hogar, sobre nuestra cama, Matteo Ricciardi arruinó mi vida, mi matrimonio y yo voy a destruir lo único que dejó vivo en este mundo a su ¡Maldito hijo!Caroline se llevó una mano al pecho apretándose con fuerza su respiración se volvió rápida y superficial, se podía ver cómo su abdomen subía y bajaba frenéticamente, mientras luchaba por llenar sus pulmones con aire, su rostro ya estaba cubierto de lágrimas mientras se acercaba a su mesa de noche buscando lo que yo escondía en mi pantalón, me miró sorprendida al no encontrarlo.— ¿Esto es lo que buscas? –Le mostré el pequeño aparato sonriendo. – ¡Oh! Y el que estaba en tu bolsa yace e
Jacob.- Me sobresalto despertándome cuando mi celular suena de manera insistente observo la hora.— Las cuatro de la mañana –Veo el identificador la casa de Caroline, me termino de despertar porque siempre me llama de su celular.— Madre ¿Qué sucede?— Señor soy Imelda a su madre se la están llevando de urgencia al hospital –Salté de la cama rápidamente.— ¡¿Qué?!— Yo soy una de las que se encarga de la limpieza, estaba de vacaciones y hoy me reintegraba— ¿A dónde la están llevando?— NewYork-Presbyterian yo le veo muy mal joven, se la llevaron inconsciente –Colgué la llamada y me vestí lo más rápido que pude, busqué mis llaves y salí disparado de mi apartamento, el camino solo recordaba las últimas palabras que le dije a mi madre, golpeé con fuerza el volante, media hora estaba en el hospital, me acerqué a la recepción.— Vengo por Caroline Morgan, soy su hijo…Me habían llevado a una sala de espera sentía la tensión en mi cuello y nuevamente el malestar en el estómago se presenta
Fedora.-Veo la última jeringa que le voy a suministrar a Oswald, cuando escucho sirenas muy cerca de mi casa observo por la ventana y veo que vienen directo hacia aquí.— Pero ¿Qué mierda? –Fijo la mirada en Oswald, tengo que huir, salgo de la habitación, pero no me da tiempo porque la puerta principal se abre de golpe.— ¡FEDORA REDMOND! ¡FBI LEVANTE LAS MANOS!— ¡¿Qué significa esto?! ¡¿Por qué irrumpen así en mi casa?! –Unos de los agentes me apunta con su arma.— Revisen todas las habitaciones— Queda arrestada por el secuestro de la niña Lucia Redmond –Abrí los ojos sorprendida.— ¡¿De qué está hablando?! Yo no tengo ninguna niña.— ¡Señor, encontramos un hombre en estado vegetal! Tiene que verlo –Le dice otros de los agentes.— Y queda arrestada por el intento de homicidio de su esposo y no intente negarlo su cómplice en Noruega, está siendo extraditada y canto como pajarito ¡Llévensela!— ¡No, no! –No puede ser ¿Cómo supieron lo de la hija de Natalia? –Me meten en la patrulla
Jacob.- Termino de colocarme mi ropa mientras espero en el consultorio del doctor que me recomendó la enfermera.— Bueno Jacob tus resultados de laboratorio no muestran ninguna alteración todo está en orden al igual que los resultados de tu endoscopia tampoco reflejaron ninguna anormalidad –Me informa de manera tranquila.— ¿Y entonces cual es la razón de mi malestar? –Le pregunté confundido.— Estrés, si fueras mujer te habría hecho una prueba de embarazo, tienes los síntomas típicos del primer trimestre, nauseas, vómitos, reflujo, etc. Debes bajarle al estrés, sé que lo que sucede con tu madre te afecta, pero debes tomar las cosas con calma para que puedas ayudarla.— Cómo segunda opinión ¿Usted cree que ella despierte?— Por lo que me comentaste tu madre a pesar de su condición es una mujer muy fuerte, se ejercitaba, se alimentaba bien, he visto a personas en condiciones menos estables que despiertan, sonará loco viniendo de un médico, pero ten fe tiene razones para vivir.— Le ag
Natalia.- — ¡¿Cómo que está en coma Leti?! –La angustia me invadió Caroline fue muy buena conmigo me hizo sentir querida.— Sí, lo escuché de unas enfermeras y lo pregunté Jacob está aquí— ¡Natalia Redmond! –Una enfermera gritó mi nombre, había llegado el momento de hacerme la prueba.— Cuando salgamos tenemos que ir a verla(…)— ¿En cuánto tiempo estarán los resultados? –Le pregunto a la enfermera mientras me coloco la bandita donde la aguja pinchó mi piel.— En tres horas— De acuerdo gracias –Salí del laboratorio Leti estaba comiéndose las uñas. –Volveremos en tres horas, vamos a ver a Caroline— No sé si sea buena idea Jacob… –Me detuve y la miré con seriedad.— No me importa lo que diga, esa mujer me salvó a ella también le agradezco donde estoy ahora Leti, lo mínimo que puedo hacer es tratar de saber de ella y tal vez verla, Leti asintió.Después de preguntar nos indicaron que Caroline estaba en cuidados intensivos, Leticia preguntó por Jacob y nos indicaron que no se había a
Jacob.-Vincent es quien abre la puerta, puedo ver que en su rostro ya no quedan rastros de los golpes que le di esa noche.— Antes que me lances otro golpe, estoy solo y tengo a una niña de tres años bajo mi cuidado te concedo la pelea cuando lleguen los demás niñeros –Alza la manos como rendición, ruedo mis ojos y me abro paso.— Leticia me contó todo –Cuando camino hasta la estancia unos enormes ojos verdes me miran fijamente, me paralizo y también me quedo observándola, es una versión en miniatura de Natalia, es preciosa.— ¡Hola! –Me saluda alzando su diminuta mano.— Hola pequeña –Luego centra su atención en la tv que está frente a ella. – ¿Es?— Sí ella es Lucía –Me dice Vincent. –Antes quiero aclarar algo, lo que pasó en el hotel— Leticia dice que fue una trampa –Lo interrumpo sin apartar mis ojos de la pequeña.— Si lo fue, hace unos días recordé lo que pasó esa noche –Me giré para verlo. –Esa noche me emborraché porque había escuchado a Natalia decir que –Me aleja de Lucía.
Ronie.-Luego de ver el arresto de Fedora en la televisión tenía que asegurarme que no fuera delatarme y saber de una buena vez ¿Dónde tiene escondida a la mocosa? Para desaparecerla yo misma.— Sabía que vendrías –La veo acercarse esposada con un traje de color naranja, tiene ojeras y ojos cansados. –Vas a ayudarme a salir de aquí –Me río en su cara.— No, solo vine para que me digas donde tienes a la bastardita— ¡Oh! ¿No te has enterado? –Fruncí mi ceño. –Mi sobrina ya recuperó a la mocosa— ¡¿Qué estás diciendo?! –Golpeé la mesa llamando la atención de una de las custodias.— ¿Por qué crees que estoy aquí? ¡Fue ella la que me metió aquí!— Eso no puede ser, si se acerca a Jacob con esa niña— Mas te vale a que me ayudes o voy a llamar a Morgan y le diré todo –Me giró poniéndome cerca de su rostro.— ¡Tú no vas a decir nada!— Entonces ayúdame, esa maldita me ha quitado todo mi dinero, no tengo para pagar un buen abogado— Lo enviaré en unos días –Me giré para salir de ese asqueros
Ronie.-De inmediato sentí la palma de la mano Alfred sobre mi mejilla que me hace caer en mi cama— ¡¿Cómo te atreviste a ocultarme algo así?! ¡Sabía que andabas en algo! –Espeta furioso.— ¡No! no estaba segura por eso no te dije nada— ¡Cuéntame sobre esa niña! –Me ordena, sus ojos estaban que echaban fuego y yo estaba temblando nunca lo había visto así, seguro ahora si me mata.— La mujer no sabe quién es el padre, pero existe la posibilidad de que Jacob sea el padre, solo que la tía de ella escondió a la niña por años, por eso fue difícil saber sobre eso.— Veo que estás muy informada ¡Pretendías traicionarme! –Me da otra bofetada y luego me gira poniéndome con mi rostro sobre la cama. –Te voy a enseñar a que a mí nadie traiciona –Escucho el cierre de su pantalón bajar ya se lo que me viene.— ¡Alfred por favor Perdóname! No fui mi intención solo quería estar segura –Le suplico con las lágrimas humedeciendo mi sabana, me toma con fuerza del cabello casi queriéndome arrancar la ca