Gruño frustrada y guardo el aparato en mi bolsillo. Nop, hacer esa llamada sería estúpido, sobre todo porque, si lo que suena de éste lado no es lo que Demetrius espera, no solo sospechará de lo que ocurre aquí, sino que, además, se deshará de todo lo que éste teléfono pueda ayudarme a rastrear. No es que sea mucho, la verdad es una simple migaja, mas como dije, algo es algo, y voy a ver a dónde me lleva.
Mientras medito qué hacer con lo que conseguí y la mejor forma de rastrear el teléfono sin que nadie se dé cuenta, porque incluso podría llegar a conseguir meterme en ese otro aparato y usarlo como un micrófono (si es que aún está activo, porque puede que, si nadie da señales de vida desde el que tengo yo, sepa que algo pasó y, de todas formas, se deshaga del teléfono muy pronto, así que tengo que ser rá
Salvada por la campana de tener que aguantar más estupideces, reclamos tontos y chillidos de niña pequeña en mitad de un berrinche. Nunca estuve más feliz de ver a un empleador, de lo que lo estoy ahora de tener al presidente frente a mí. -Mailena, ve a tu cuarto, te dije que no salieras salvo que fuera una emergencia, que si necesitabas algo, le avisaras a tu madre, parece que no recuerdas que no debe verte nadie hasta que te traslademos a un lugar seguro. -Pero papá... -No quiero escuchar ningún pero. Ya que parece que no te preocupa tu seguridad, tengo que obligarte a protegerte porque a mí sí y como no cumplas lo que se te dice, cerraré esa puerta con llave. -No te atreverías... -Ponme a prueba. -Mamá no te lo permitirá. -Tu madre tendrá que aceptar lo que diga sin chistar en lo que a ti respecta, hasta que la amenaza ya no exista, si quiere que tú sobrevivas. -Ya no tengo cinco años, no puedes encerrarm
En cuanto conecto el teléfono, una alerta salta inmediatamente en mi pantalla y gruño frustrada: un virus. Esa maldita cosa está infectada, debió prever ésta situación, que nuevamente podría llegar a fallar su intento, y menos mal que tengo un antivirus potente, o quién sabe cómo podría haber terminado mi máquina.-Maldito...-¿No puedes?-Tiene un virus el teléfono, y él no es tan inteligente, así que alguien más de los que están trabajando con él debe haber previsto que, como todos los intentos anteriores, éste también podría llegar a fallar y decidió evitar que pudiera esto usarse en su contra. Solo me queda el
-Dos años, tres meses, cuatro días y quizás unas siete horas.La silla de ruedas hace un giro sobre sí misma y me deja ver el cuerpor envuelto en una túnica blanca, el cual solo puede mover el treinta porciendo de él debido a su enfermedad. Su cabello corto casi rapado, esos ojos negros y cansados con ojeras, piel cenicienta y escleróticas enrojecidas por las pantallas y su "manía" de mantenerse aquí dentro todo el tiempo, casi me recuerdan a una rata con ánimos dañinos por la forma en que me observa ahora mismo.-Y pensé que no te vería de nuevo luego de eso... Casi que se lo agradecía al mismísimo demonio.-Pues es una pena para ti, pero estoy aquí porque, precisamente por lo que pasó, me debes una y vengo a cobrarla.-Supongo que no me queda otra.-No, a menos que quieras que la cobre de forma dolorosa. Por mí no hay prob
-Ups...-¿Es una broma? ¿Eso es todo lo que vas a decir?-No sé qué es lo que espera, si lo necesitaba, lo necesitaba, y así fue, lo usé porque tenía que moverme rápido y ya. Quiere que ayude a su hija a sobrevivir, y para eso, debo atrapar a ese desgraciado, así que, como dije, si necesito el helicóptero, voy a utilizarlo y no va a impedírmelo. A menos, claro, que haya cambiado de opinión y desee lo contrario.La mirada del presidente se vuelve obscura, obviamente, molesta hacia mí, pero se mantiene en silencio, sabiendo que no puede discutir conmigo, que soy su última salida y que es a mi modo o nada. Puede que mis "métodos" no sean los que él preferiría, mas no está a discusión, cuando hago algo, es por una razón, porque tengo mis razones muy claras para haber elegido una cosa y no la otra, por lo que simplemente me
No llega a tocarme, antes de que siquiera pueda ponerme un dedo encima, rápidamente me hago a un lado y ella sigue de largo, de forma de que puedo ponerle la traba y hacer que caiga al suelo sin a penas tocarla. Se nota que el golpe le hizo quedarse un poco sin aire, porque por un momento, se queda quieta de cara al suelo, pero cuando se voltea hacia mí repleta de rabia, me cuesta no reírme a carcajadas.-¿Está cómodo el suelo?-¡¿CÓMO TE ATREVES?!-Tú fuiste quien me intentó atacar, no es mi culpa. Yo solo me defendí... Y eso que no hice prácticamente nada.-¡POR TU MALDITA CULPA, MI PADRE ME ESTÁ ENVIANDO LEJOS!-No es mi culpa, es para tu "seguridad", y por supuesto, la mía.-¡NO ME INTERESA QUE ESTÉS BIEN!Me acuclillo frente a ella, mi rostro mortalmente serio directo hacia ella, de forma que la v
El silencio que nos rodea me molesta, al punto que me hace darme cuenta de que me estoy comportando como idiota al quedarme mirando al chico que, al igual que yo, la situación obviamente le desagrada, por lo que él me ofrece el último libro que me falta agarrar y pasa junto a mí sin siquiera decir nada. No hace falta, la culpa podría decirse que es mía y no me interesan las convenciones sociales, no necesito que diga que es suya o algo similar. No quiere mi disculpa, y no tengo tampoco ganas de darlas, creo que es mejor así para ambos, no obstante, eso no implica que no haya llamado mi atención.Algo en él, aunque no sé qué en específico, me dice que ese chico tiene algo, ese tipo de chispa, que solo pocas personas tienen y que podría serme de utilidad en un futuro... Quizás.Pero para mi desgracia, éste efímero momento de distracción por m
-¿Es un chiste?El silencio reina por unos momentos y la verdad, no me cuesta imaginarme la escena en absoluto, ¿quién hubiera dicho que Alegra sería una "chica con moral y códigos"? Me ha sorprendido...-Jeanet, no te hagas, respóndeme, ¿cómo pudiste hacerle eso a Mailena? Se supone que eres su amiga, ella está pasando por una situación de mierda, ¿y vienes tú y se te ocurre intentar meterte con su novio? ¿Me estás tomando el pelo? ¡Por Dios! ¿En qué estabas pensando?-¡LO AMO! ¿Sí? En eso pienso, en que lo amo y que ella...-¿Ella qué?-Ella... no lo valora como debería.-No puedo creer lo que estoy escuchando.-Es verdad, él es perfecto, en todos los sentidos, la trata como una reina, y ella...-Ella está pasando por un momento completamente e
La rubia se queda helada por unos momentos y, de la nada, me arrebata la grabadora y reproduce sus voces una y otra vez en la misma parte. Su rostro e-s una mezcla de emociones, a tal punto que no logro desglosar por completo, aunque veo evidente dolor, ira y desconsuelo en él. Y aunque el mío permanece serio y sin un solo atisbo de gracia, por dentro estoy riéndome a carcajadas.Ahora que lo pienso, quizás me estoy comportando algo cruel, pero no me interesa en lo más mínimo, ni que ella fuera mi amiga para apenarme de ella. ¿Empatía femenina? Eso solo se siente por quienes merecen la pena, y ella no está en ese grupo para mí... Y sé que yo tampoco para ella.-Esto... esto no puede ser real...-Pero lo es, tal y como lo escuchas.-No, ella no...-¿No se metería con tu novio? Pues parece que sí, las eliges muy bien a tus amistades.-C&aacu