Dos semanas después, Derek envía a buscar a su secretaria Ana. — ¡Buenos días! Aquí estoy ¿Necesitará algo para hoy? —Sí Ana. Quiero la oficina de administración lista para Perla. Envía a limpiarla y que ella la ocupe de inmediato. -Le ordena Derek sin apartar sus ojos de la computadora. —Pero, esa oficina es muy grande y ella tiene la suya. Derek le lanza una mirada como si quisiera matarla. —¿Acaso me estás cuestionando? Te he dado una orden, no quiero sugerencias. Ana sale y envía a preparar la oficina, y luego va en busca de Perla. —¡Hola! ¿Puedo pasar? —Hola Ana, adelante, ¿Necesitas algo? —Hoy te cambiarás de oficina. -Respondió Ana con un disgusto notable. —¿¡Cambiar, pero por qué!? —Porque así lo ordena el jefe. ¿Lo quieres cuestionar? —No sé qué te sucede conmigo, tu forma de comunicación hacia mí es agresiva. Yo no te he hecho nada. —Ah no. Desde que llegaste, Kevin no me mira más, y gracias a tu relación con él a escondidas tienes puestos importantes ¿Acaso eso no
Al siguiente día, en cuanto Perla entró a la empresa, Ana le comunicó que su jefe la estaba esperando. —¿Pero amaneció aquí? —Él está en su oficina. Vino muy temprano. Perla se despide de Ana y va a encontrarse con su jefe. —Buenos días, Perla. Pedí que nos sirvan el café aquí en mi oficina, espero no hayas tomado. —¡Buenos días! Acabo de llegar, aún no tomo nada. ¿Necesita algo? Debo ir a mi oficina a poner en orden los papeles de la reunión de hoy. —¿Eso quiere decir que tiene todo listo? Te hice venir para preguntarte si quería más tiempo para que hicieras la propuesta. —Hace unos meses cuando usted no estaba ya había hecho todo. Siempre que me llega una idea sacó provecho rápido para que no se me escape nada. —¿Te habían dicho la hermosa sonrisa que tienes? - Coquetea Derek. Perla lo mira bien firme. —Gracias jefe. —Tu novio debe estar feliz de la gran mujer que tiene. —No tengo novio, ni vine temprano para hablar de mi vida personal. ¿Necesitas algo más o me puedo retir
Antes de salir a su apartamento, Derek aprovecha para hablar con su padre de lo que venía pensando. —¡Padre, te quiero proponer algo! —Hijo, estoy muy feliz por los avances de la empresa. A ver habla ¿Qué me quieres proponer? —Quiero emplear la idea de los software en nuestra empresa de España. Aquí tenemos Olmos Technology. Esa empresa es la competencia, pero en España estamos solos. Esto nos beneficiaría más. —No puedo creer lo que escucho. Yo voy a invertir en mi empresa, esta idea nos hará crecer y su patrimonio crecerá. La competencia siempre ha estado ahí. —Padre, en España no tendremos competencia y podríamos seguir extendiendo a otros países, en la que aún no implementa el sistema inteligente. —Hoy te regalo la empresa de España, al final eres tú quien te ocupas de mantenerla a flote. Pero yo voy a invertir en World Technology "mi empresa". —Esos equipos y los ingenieros de sistemas son muy costoso Padre, no tengo el dinero necesario. —Mañana te daré los documentos de p
Perla salió temprano de la oficina. Aunque sabía que Derek no querría entrar a un lugar tan honesto y feo como decía Kevin. Ella organizó todo y lo dejó ordenado y listo para recibirlo. Luego se vistió y mientras esperaba las 9:00 se quedó revisando las propiedades y pertenencias que le había dado Derek. ¡Tock! ¡Tock! ¡Tock! Perla se levanta y abre la puerta, llevándose la sorpresa de ver el hombre más guapo y deseado por todas las mujeres de ese país. Es que se veía tan guapo, imponente e inalcanzable "todo un bombón". —¡Buenas noches, Perla! ¿Acaso no me vas a invitar a pasar? - Se queda curioso frente a la puerta de entrada. —Si quiere nos sentamos en el parque del frente. —¿No quiere que entre a tu casa y me invitas hasta aquí? —No es eso Derek. Solo que mi casa es muy humilde y pienso que no es digna de un hombre tan importante. —Si una mujer tan bella, brillante y exitosa es digna de vivir aquí, ¿Por qué no sería yo digno de visitarla? Derek entra a la casa y la observa.
Perla se queda sentada en el sofá pensando en la propuesta que tenía. Ella no podía negar que ese hombre le había propuesto algo que cualquier mujer no dudaría en aceptar. —Perla. No puedo creer que ese bombón de chocolate haya salido de esta casa. Se escucha la voz escandalosa que caracteriza a mi querida amiga. —Te estaba por llamar. Ven siéntate a mi lado. Pamela se sienta y observa el área de tragos y el vaso que había quedado a medio trago. —Amiga, pero cuéntame o me volveré loca en mis pensamientos. Sabía que es tu jefe, pero ¿Qué no me has dicho...? ¿A qué vino? —¡¡Ya por favor!! Me volverás loca. Tengo muchas cosas que contarte, pero mi cabeza está saturada y no me salen las palabras. —Qué dices amiga. ¿Entonces para qué me ibas a llamar si no quieres hablar? —Solo te puedo decir que estoy confundida amiga. Ya es muy tarde y tengo que madrugar, pero te prometo que mañana te diré algo para que analicemos juntas. —No dormiré esta noche Perla, solo no me dejes morir. ¡Bue
Kevin se dirige a la casa de su madre. Aunque no la encontró espero hasta que ella regresó. — ¡Hijo mío! No sabía que vendrías. Hoy estaba ocupada en unos asuntos que tu padre me delegó. ¿Todo está bien, pareces molesto? — Vengo de World technology. Me acabo de enterar que tu hijo tiene una relación con la administradora y contadora la señorita Perla Ferrari. ¿Acaso también le dijiste a él sobre aquel acuerdo que tienes con mi padre? — Primero cálmate y no grites. Tu hermano si me había dicho que estaba con ella en algunas ocasiones, pero no me a confirmado ninguna relación. — Pues ambos me lo confirmaron descaradamente en la empresa él día de hoy ¿Lo puedes creer? — ¿Pero y cuál es el problema, por que tu molestia? No entiendo por qué te molesta esa relación. — Madre, desde el primer día que la vi, ella me gustó, llevo meses buscando la forma que me vea y ella siempre me escucha ¿y hoy sale con esto? — ¿Me quiere decir que ella a estado jugando contigo y tu hermano? Aceptando
Pasó una semana, Derek se mantenía ocupado en la oficina y sus asuntos personales sin hablar nada más que de trabajo con Perla. Ella estaba muy confundida, pero se hablaba a si misma, y mantenía la tranquilidad, cuando llego la noche llamó a Pamela para hablar y tomar algo ya que lo necesitaba. — ¿Ahora si quiere hablar? Claro, como el bombón de chocolate no está, recurres a tu amiga olvidada. — No estoy en escuchar tus reclamos. Amiga creo que después de tantos años he caído en las garras de la ilusión. — Pero con tal hombre es muy natural amiga ¿Quien no caería a sus pies? - Perla sirve dos tragos y toma asiento al lado de su amiga. — ¿Vas a tomar? - Pamela pregunta con los ojos redondos del asombro. — Pamela, este hombre me confunde y siento mucho miedo de lo que puede lograr con tanta facilidad. — Pero amiga, siempre lo has llevado bajo control y mantienes muy firme las riendas para no caer en una nueva desilusión. — Con él no pude, solo habla y obedezco, lo peor es saber qu
Perla casi no durmió preparándose para saber que podía hacer antes de esa cena, solo tenía horas para tomar una decisión y estaba muy tensa. Mira su reloj y es hora de ir al trabajo, tenía un proyecto que mostrarle a Derek pero no sabía como hablarle después de la conversación de la noche pasada. Ella se arregla y se presenta en la empresa. — Ana ¡buenos días! ¿Esta tu jefe en la oficina? — Sí está. Llego muy temprano y está organizando algunas cosas. ¿Lo necesitas? — Debo mostrarle un nuevo proyecto ¿me anuncias por favor? Ana entra a la oficina y se dirige a Derek, él está al teléfono y ella lo espera. — ¿Es urgente Ana? — Perla necesita mostrar un proyecto pero imagino que no es urgente ya que no tenemos juntas cercanas. — Dile que pase. - Él nunca desprecia una oportunidad de estar al lado de su Perla. Ella entra y organiza todo en lugar mientra él sigue al teléfono observando cada movimiento, hasta que no soportó más él se disculpa y termina la llamada. — ¿Este será el