Arturo siente tanta rabia, que siente su cuerpo tensarse cada vez más, mientras que Paulo solo permaneció observando todo en silencio.

Hailey empezó a lavar los platos, para así distraer su mente.

—Paulo adelante, verifica que todo esté en orden— ordena Arturo, para quedarse a solas con Hailey

—como ordene señor, Hailey nuevamente gracias que tengas un buen día— se despide amablemente Paulo

—gracias, señor Paulo— dijo ella sonriente.

Sonrrisa que se borró cuando Paulo salió y quedó ella sola con Arturo.

El saco un cigarro y lo empezó a fumar mientras observa a Hailey.

—¿te gusta Paulo?—pregunta Arturo, sin dejar de mirarla

Hailey permaneció serena, aunque por dentro deseaba que él se fuera, ella seguía dándole la espalda.

—señor solo tengo agradecimiento con el señor Paulo ¿por qué la pregunta?

—vamos no soy idiota — Arturo arruga la frente y luego dio una jalada al cigarro, expulsa el humo —¿sabes quién soy verdad? por eso entraste al auto.

—¿acaso no fue evidente mi estado de salu