—¿Hailey qué hiciste? ¿ por qué a mi?— susurra ella con desesperación

—¿hablando sola?

—¿por qué estamos en la misma cama?— grita ella fuertemente porque no lo puede creer

—¡tranquila!, si miras debajo de la sábana aún tienes tu ropa, pero si que eres pésima para tomar— dijo él hombre mirándola fijamente a los ojos

—¡maldición!— ella miro bajo la sábado y luego tomo aire, volvió a cer en la cama como una pluma, porque su único hombre a sido Arturo Villarreal.

—¡ay por Dios!, que susto Santiago, me duele la cabeza— se queja ella levando sus manos a la cabeza y se masajea un poco

—como no, si tomas demasiado Hailey— habla muy tranquilo Santiago

—¡lo siento, pero no soy de tomar

—¿lo hiciste por despecho?

Hailey lo voltea a mirar.

—anoche cuando te traje a la habitación, te juro que te iba a follar, pero cuando mencionaste el nombre de mi primo Arturo, me contuve

—¿enserio lo nombre mucho?— pregunta ella avergonzada

—si!, incluso sentí celos, él siempre tiene las mujeres hermosas

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