Davy también se llenó de espíritu de lucha. Se sentía muy animado. “¡Está bien! La subasta comenzará a las dos de la tarde ¡Haré los preparativos de inmediato!”.

Cuando llegaron fuera del lugar de la subasta, Aristotle estaba profundamente dormido. Mark le dijo a Mary que lo cargara en el coche. Sería inapropiado llevar a un bebé a un evento tan rígido.

Su conjetura fue correcta. Alejandro también vino e hizo que Jett asistiera al evento. Alejandro esperó afuera en el coche.

La subasta esta vez fue una clara lucha entre dos élites y nadie más. Mark había dado un precio que nadie más se atrevió a subir, desde el principio. Solo el lacayo de Alejandro, Jett, estaba dispuesto a luchar contra él. Miró a Jett y siguió subiendo el precio, sin mostrar signos de emoción.

Él no era del tipo impulsivo. Si Alejandro, en un intento por liberar sus frustraciones, subiera el precio a tasas altísimas y luego se lo vendiera, eso sin duda demostraría que lo habían engañado. Él se daría por vencido