Aristotle parecía más enérgico ahora que su fiebre había desaparecido. Su apetito también había vuelto. Arianne se sintió aliviada. Obligó a Mark a irse. No podía permitir que la enfermedad del bebé arrastrara a toda la familia. No es que tuvieran que quedarse a su lado todo el día.

Mientras tanto, en un hospital diferente, Jackson se quedó junto a la cama de Summer toda la noche. A la mañana siguiente, compró lichis y uvas a pedido de su madre y se las peló. Le puso el tazón en las manos. “Creo que, aparte del inconveniente de tu pierna mala, nada te impide comer. ¿No tienes chofer? ¿Qué pasó?”.

Summer se quejó mientras comía. “En serio, mi chófer siempre ha sido un conductor seguro. Han pasado tantos años. Sus heridas son más graves que las mías. Ve a comprar algunos suplementos y visítalo más tarde. Sus lesiones se consideran relacionadas con el trabajo, por lo que pagaremos lo que sea necesario en las facturas médicas. Todo estaba bien cuando salimos ayer, pero de repente un coch