Helen dijo con una expresión fría, “Aery, cuida tu boca. Te he estado enseñando cómo actuar y tratar a los demás desde que eras joven. ¿Por qué todavía te has convertido en alguien de mala boca? Los dejaré entrar a los dos ahora mismo para que tengan tiempo de calmarse. Me he divorciado, así que ya no tengo nada que ver con Jean. Tu también eres una adulta legalmente y todavía estás estudiando. No quiero tu custodia, pero te proporcionaré la mitad de tus gastos de manutención y matrícula. Aparte de eso, no más. Jean, deberías ir a buscar trabajo también. ¡No seré completamente responsable de los gastos de Aery, ni pagaré por ti!"

Todo en lo que pensaba Aery era en vivir cómodamente dependiendo de su madre, pero Jean estaba sensato ahora. La actitud de Helen fue decidida. No hubo lugar para la discusión. Luchó descaradamente por el mayor beneficio que pudo obtener. “Aery se va a estudiar al extranjero. Sabes que estudiar en el extranjero es caro. ¿Cómo podría pagarlo ahora? Incluso cuan