Él se sentía un poco indefenso. De inmediato dejó de burlarse de ella. “Lo hice. ¿De verdad pensaste que no lo haría? He pedido algunos postres para ti. Disfrutas comiendo postres, ¿no? Puedes probarlos. Son los postres más interesantes que he probado en mi vida”.

Luego, regresó a su escritorio e hizo una llamada. “Puedes traerlos ahora. Trae dos tazas de americanos mientras lo haces”.

Después de la llamada, notó que la cabeza de Arianne todavía estaba baja y estaba sonrojada. Él la miró pensativo y le preguntó: “No es posible que te sientas tímida, ¿verdad? Nos conocemos desde hace más de diez años. ¿No es un poco extraño que te sientas tímida conmigo?”.

“¡No lo soy!”. Ella negó con vehemencia con la cara roja.

Aunque sabía que estaba mintiendo, no la expuso. En cambio, dijo de manera tranquilizadora: “Tenemos muchos días más por delante. Realmente no quiero que seas tímida conmigo todos los días. Relájate. No es que te vaya a hacer algo”.

Poco después, Ellie llamó a la puerta de