Eric negó con la cabeza. “No lo sé. Puedes decirle esto a otra persona y engañarla, pero ¿mentirles a tus hermanos? ¿No sabemos quién eres? Aparte de ser mujeriego, no tienes ninguna debilidad. Las mujeres que te rodean son tus parientes o tus amantes”.

Jackson sonrió sin decir nada. Cuando escuchó un vidrio romperse en la cocina, se sobresaltó. “Ustedes sigan hablando, iré a ver”.

Cuando Jackson se fue, Eric le susurró a Mark, “¿Queremos que la cuñada sepa? Ella es su mejor amiga. ¿Qué piensas?”.

Mark guardó silencio, mostrando su desinterés por el asunto. No dispuesto a rendirse, Eric sacó una exquisita caja de cigarrillos y se la pasó. “¿Quieres uno?”.

Al mirar el cigarrillo que le ofrecieron, Mark vaciló por un segundo antes de rechazar a Eric con decisión. “Yo no fumo”.

Eric se burló de él. “Oh, ho, ho, ¿realmente lo dejaste? Sí, claro, como si lo creyera. Arianne no está aquí, así que no hay necesidad de fingir”.

Quizás fue por el ego débil de un hombre, porque Mark tomó un cigar