Aery puso tanta fuerza en su voz cuando rechazó: “¡No! ¡No me voy! ¿Quieres irte? ¡Vete por tu cuenta!”.

Exasperada, Helen agarró la prenda de ropa más cercana que su mano podía alcanzar y se la arrojó a la cara de Aery. “¡Mal*ita sea, Aery, les voy a contar a Arianne y Mark todo lo que has hecho!”.

“¿Sabes qué? No creo que lo hagas”, ella reunió suficiente valentía y desafió. “Delatarme es implicarse como culpable por asociación, lo que significa que perderás la poca dignidad que te queda para ver a Arianne. ¿No es tu sueño que Arianne te perdone por haberla abandonado en el pasado? No tendrás oportunidad de hacer realidad ese sueño si le dices lo que hice. Ella te odiará tanto como me odia a mí”.

Helen respiró hondo y se burló con desprecio. “Bueno, bueno, al menos estás en lo cierto. Sí, tengo miedo. Pero eso no significa que no sepa cómo algunas personas cometen el mismo pecado una y otra vez, Aery. Tampoco soy tan estúpida como para sabotear mi reconciliación con Arianne solo p