Robin se aferró nerviosamente al borde de su camisa. "Bueno... siempre y cuando no estés enojado conmigo. De todos modos, es tarde. Debería volver y deberías descansar un poco. Te sentirás terrible después de beber tanto alcohol. Realmente no deberías beber tanto la próxima vez, ya que es malo para tu salud".

Sylvain soltó su muñeca, su rostro un poco decepcionado. "¿Podrías quedarte conmigo un rato?".

En ese momento, Robin no podía encontrar una razón para negarse y se sentó a su lado. "Está bien".

Después de un momento de silencio, Sylvain preguntó: “¿Cuánto tiempo me esperaste? ¿No me digas que has estado aquí desde esta tarde?”.

Robin asintió con la cabeza. "Traté de llamarte cuando saliste del café, pero habías apagado tu teléfono, así que solo pude venir aquí. No esperaba esperar hasta la medianoche, pero fue algo bueno que regresaste a casa, o de lo contrario habría esperado por nada".

Sylvain arqueó una ceja y dijo: “¿Eres una idiota? ¿Por qué no me dejaste si no conteste