Había un trasfondo de cautela en la voz de Tiffany cuando continuó: “No estás buscando pelear conmigo porque acabo de dar a luz a tu hijo, ¿verdad? Si esto fuera el pasado, ¡las nubes de tormenta ya habrían estado cubriendo tu rostro! Pero debes recordar que no he estado hablando con Alejandro y no sé cómo se enteró de todo lo que esto. Demonios, ¡incluso se las arregló para enviarme flores el día exacto en que salí del hospital también! Pero él solo está haciendo esto por genuina buena voluntad como amigo. ¡Yo misma siempre lo he visto como nada más que un amigo! Tú eres el que insiste en estar celoso”.

Jackson miró hacia arriba y la miró a los ojos. “Tú puedes tratarlo como nada más que un amigo, pero él no lo hace. De cualquier manera, no quiero que salgas con él o lo contactes en absoluto, sabes qué, ampliaré el alcance. ¡No quiero que salgas con ningún otro chico en el mundo! Así es; soy tan posesivo. Ocúpate de eso”.

Tiffany se rio alegremente. “¡Ajá! ¡Finalmente, has confesado