Después de recibir el número de habitación privada, Jackson rápidamente abandonó a Janice y se apresuró a ir. Al mismo tiempo, informó a Mark a través de un mensaje de texto.

Alejandro se estaba recuperando en casa debido a la herida de su pierna, por lo que no había tenido la oportunidad de acercarse a él. ¡Esta vez, no iba a dejarlo escapar!

Abrió la puerta y la habitación quedó en silencio. Aparte de Alejandro y un hombre gordo y grasoso, habían dos guardaespaldas y algunas mujeres con poca ropa. Jackson miró a Alejandro. “Diles a todos que se vayan, o si no”.

Alejandro lo miró con calma. Hizo un gesto con la mano y los guardaespaldas y las mujeres se levantaron y se marcharon. El anciano gordo se fue con tacto cuando vio esto también.

“Tu red de información es eficiente. Me has estado esperando, ¿no? ¿Tiffany está consciente de que has traído una cita?”. Alejandro se sirvió una copa de vino, completamente tranquilo.

Jackson apretó los puños. “Sabías que te encontraría aquí, as