Arianne estaba atónita. Entonces, ¿estaba bien que él trajera a otra dama con él, ya que se lo había informado antes? Aunque el objetivo era claro, ¿quién podía garantizar que no pasaría nada? ¿Quién iba a asegurar que él no bebería demasiado o no se divertiría demasiado, y si algo pasaba? No importa cuánto lo pensara, todavía se sentía incómoda.

“Tiffany no puede ir porque está embarazada, pero yo puedo. No le tengo miedo al peligro. Incluso si Alejandro es Ethan, no me hizo daño cuando me reuní con él en privado, ¿verdad? Debería ayudar a Tiffany a vigilar a Jackson. Me preocupa que Jackson no pueda controlarse a sí mismo…”.

Mark se frotó la barbilla con una mano y se rió. “Es obvio que tú misma estás preocupada, pero usas a tu mejor amiga como excusa, diciendo que tienes la intención de acechar a su esposo. Para ser honesto, no puedo dejar que vengas conmigo. No dejaré que corras ni el más mínimo riesgo. Escúchame, te sientas aquí y esperas mientras yo me pongo a trabajar”.

Arian