Faltaba un día para su boda con Olivia y no podía negar que se encontraba nervioso. —Qué no Jason, no quiero bailarinas exóticas—le dijo con autoridad y algo de molestia a su amigo.Su amigo Jason había sido el encargado de planificar su despedida de soltero pero se estaba arrepiniendo. Estaban en un bar famoso en la zona vip solo para ellos y a su mejor amigo se le había ocurrido la mejor idea que contratarle una stripper.Una que no quería y no era porque estuviera fea porque la verdad la mujer era una belleza pero simplemente no era su prometida. Además de que la bruja de su suegra llevaba un mes frustrando sus intentos con su hija. Desde que su suegra había llegado no le había podido tocado ni un pelo a Olivia por lo menos no de manera indebida y para su pesar no la vería hasta el día de la boda algo que lo tenía bastante irritable. Solo quería evitarse problemas y a su futura esposa.—Vamos no seas abu
Olivia comenzaba a sentir náuseas.Dios, era el día de su boda y todo el mundo se movía corriendo de aquí para allá, veia a Óscar ir y regresar, Claudia levantar la voz procurando que todo esté perfecto y hasta su madre se veía nerviosa.Esa mañana no se sentía muy bien, por lo menos Dorian se había encargado la anoche anterior de hacerla tomar un vaso de agua y píldoras para la resaca.Pensar en Dorian la puso más nerviosa, esa mañana le dio un beso casto de despedida antes de que Claudia y Óscar llegarán para llevársela arrastra sin siquiera comer.De repente las náuseas la atacaron de nuevo, sintiendo que todo se movía a su alrededor.—Estas pálida, Olivia siéntate un rato—Óscar la obligó a sentarse en la primera silla y con un abanico improvisado le daba aire.Sin embargo ella se levantó con cuidado.—Aire, necesito aire—le rogó y él se encargó de sacarla del sitio sin que nadie se diera cuenta.Solo faltaba
Dorian no podía evitar estar nervioso.Nunca se imaginó que estaría de pie otra vez en una iglesia esperando a su novia. No hacía sino unos meses que había estado en esa situación y ahora revivía la historia otra vez.—No Dorian, no te vayas por ahí—le dijo Liam su primo que parecía leerle la mente.Liam estaba de nuevo como padrino de su boda y una especie de Déjà vu lo golpeó.Al menos no había escogido la misma iglesia de la última vez.Repiro e intento calmarse mientras se repetía una y otra vez en su mente que Olivia no era Madison, ella no iba a dejarlo plantado.—Olivia si va a venir—Liam le aseguro y él asintió pero los nervios y la inseguridad estaban ahí.—Maldita Madison—murmuro sin poder contenerse.Esa mujer aún lo atormenta y más ese día. Pero no podía evitarlo todo lo llevaba a ese día solo esperaba que está vez obtuviera un desenlace diferente.De repente todos comenzaron a colocarse en su lugar, vio a su tía correr a decirle algo a los invitados, las damas de honor.
Thomas de lejos solo observaba la pareja recién casada con diversión mientras se daba un trago de la bebida que tenías en sus manos.—Nunca había visto tan feliz a Dorian—escucho la voz de su hermana cerca y sin mirarla supo que se encontraba detrás de él.Claudia camino dos pasos y se sentó junto a su hermano a su lado.—Si lo hubieras visto cuando le propuse este matrimonio, casi hubiera preferido tirarse contra un tren—Thomas solo una risa—Míralo ahora felizmente casado y enamorado.Ambos miraron a la joven pareja mientras se reían como tontos y se miraban con ese brillo en los ojos que solo pasa cuando se está enamorado.—Sin embargo ninguno de los dos se ha dado cuenta todavía—comento Claudia distraída.—No quieren darse cuenta que es muy diferente, hermana.Claudia le dio una sonrisa cínica antes de llevarse la copa de vino a los labios pintados de rojo dándole un sorbo a su bebida.—Lo dices por experiencia ¿No?Thomas sonrió asintiendo dándole la razón.—Solo espero que Dorian
Dorian estacionó el auto donde pasarían la noche de bodas.Era una cabaña que se encontraba bastante alejada de la cuidad, rústica pero muy bonita. La cabaña pertenecía a su familia materna desde hace años pero al ser el único heredero de su madre había pasado a ser su propiedad y ahora también le pertenecía a Olivia.A él se le ocurrió que podían pasar su noche de bodas en ese lugar así que unos días antes había venido y arreglado todo para que fue cómodo para Olivia, quería que su noche de bodas fuera un recuerdo bonito para ambos así que lo planificó con ese sentido.Observó a Olivia nerviosa que jugaba con la predreria de su vestido, sabía que estaba ansiosa porque le había preguntado varias veces desde que se montaron en el auto a donde la llevaba y él siempre se limitaba a sonreír y decirle que era una sorpresa.—Es aquí—le informó quitándose el cinturón de seguridad.Olivia escaneó el lugar detenidamente y lo imitó. Dorian se bajó y se apresuró a abrirle la puerta a su esposa.
Olivia se acercó a él necesitando su calor, recostó su cabeza en su pecho y él llevo su brazo alrededor de ella agusto con su cercanía. Ambos todavía recuperándose de lo que acababa de hacer satisfechos y sonrientes, Dorian dejando pequeño círculos en su espalda con su dedo índice rememorando cada detalle sin querer olvidar nada. Sin embargo un detalle que olvidó lo preocupó cerro los ojos y se levantó recostándose en el cabecero de la cama. —¿Qué pasa?—Olivia también se levantó cubriéndose con la sábana. —Mierda, Olivia—él se llevó las manos al cabello. Joder, como se le pudo haber olvidado ese detalle tan importante. —Dorian, me estás preocupando—la voz de Olivia lo trajo a la realidad. —Yo no...—se relamió los labios resecos—no use protección. Olivia en ese momento sintió en sus muslos la prueba de que Dorian le decia la verdad. —Mierda, no sé cómo pasó. Yo nunca lo he hecho—le dijo esperando que le creyera—Joder, es que al tenerte así no sé perdí la cabeza. Fue mi culpa.
Esa mañana hacía frío cuando Cinthia entro en la cafetería donde había quedado con Madison.Un escalofrío la recorrió al quitarse el abrigo, se lo quito y lo dejó encima de la silla que estaba vacía en la mesa donde ya se encontraba esperándola Madison.Madison alegre la abrazo efusiva.—¿Cómo están mis chicas favoritas?—pregunto en ese tono meloso falso.Cinthia conocía muy bien a la castaña rojiza, sabía que esa emoción se debía a que todo estaba marchado como ella quería.—Está sana—contesto la rubia pasándose la mano por el pequeño bulto en el vientre que empezaba a verse.Cinthia estaba empezando el tercer trimestre de embarazo.Cuando se había quedado sin trabajo o cuando la habían echado al poco tiempo se había dado cuenta que estaba embarazada y sin trabajo se las había visto difícil hasta que Madison se comprometió a velar por ella, claro a cambio de algo.Para Madison todo era un dar y dar nada era gratis ni su amistad, ni su amor, mucho menos su lealtad.Suspiro porque sabí
Olivia se encontraba entre sus brazos pérdida en sus pensamientos.Era tan hermosa que él no podía dejar de mirarla o desearla en todo momento, sin embargo ella se encontraba demasiado callada y reservada.—¿Qué pasa, hermosa?—le preguntó mientras que con cuidado cambiaba de posición dejándola debajo de él en un rápido movimiento.No podía dejarla escapar porque apenas ella se viera corralada huiría, ya lo había hecho en varias ocasiones y él no estaba dispuesto a dejar salirse con la suya otra vez.Ella fue a responder pero él la interrumpió:—Ni se te ocurra decirme que nada porque sé que algo te pasa—dulcifico un poco la voz en la última parte no queriendo presionarla más.Llevaban varios días encerrados en la cabaña desde su boda y aunque él había planeado hacer algo más de luna de miel como un viaje a la playa o hacia un lugar extravagante pasando las noches en un hotel de lujo más sin embargo su esposa no era de amar lo exagerado si no todo lo contrario, le encantaba lo sencillo