Liv se encontraba en ropa interior cuando Dorian cerro la puerta de su habitación, no se dio cuenta en el momento exacto en el que las manos expertas de Dorian comenzaron a desvestirla.

Y lo injusto era que ella le faltaba tan poco para estar completamente desnuda y el aún se encontraba casi completamente vestido. A duras penas y pudo quitarle la corbata y desabotonarle los botones de la camisa.

—Recuéstate en la cama—le ordenó con esa voz mecánica y controlada que la puso ansiosa.

Lentamente le hizo caso.

Ella sentía esa necesidad de hacerle caso a cualquier cosa que le ordenará mientras la mirara con ese deseo impreso en sus ojos oscuros.

Su respiración era pesada y Dorian detallo como su pecho subía y baja aún aprisionado por el sujetador, él se remojo la lengua acercándose poco a poco a ella.

—Abre las piernas para mí, Olivia.

Olivia abrió las piernas y Dorian no perdió el tiempo llevando sus manos, acariciando la piel tersa de sus piernas.

Liv se mordió los labios mientras sentí