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Cap. 4 Rompiendo las Reglas de la Esposa Perfecta.

Hace una semana que se habían instalado en la casa de James.

Nadie sabía de su matrimonio más allá de sus empleados y sus padres, quiénes ya tenían fecha para conocer a su Nuera.

Una vez en casa el trato fue básico.

Él la acompañaba en la cena, cubría su parte como esposo y simplemente se iría con su novia, y era todo lo que el cumplía.

Aquella chica no tenía como comunicarse más que una computadora.

Encontró contactar con amigos suyos que estaban en el mismo país y que pertenecían a la mismas actividades.

Para unos días después James presentó a sus padres a Girasol.

Su madre la amó, la chica tenía una sonrisa contagiosa y era parlanchina, cosa que distrajo a ambas mujeres.

El padre de él solo observó las grandes diferencias entre está chica y su ex. Su hijo no se enamoraría de una mujer tan diferente.

Ella no tenía nada especial. Pero solo guardó silencio.

La primera regla rota fue que cuando ellos llegaron con su hijo, ella no estaba en la puerta, eso lo notaron ambos padres.

Él la buscó en su habitación.

Cuando la presentó él como padre se fijó en qué se vestía extraño, no era una mujer de estar de tacones.

Lo segundo, ella no había enamorado a su hijo, eso lo notó en la actitud durante la presentación.

Ella no mandaba en su propia casa.

¿Con que tipo de mujer se había casado su hijo?

Sin embargo no dijo nada, ya hablaría con su sobrino William.

Durante la cena, la madre de James se dio cuenta que la chica no era estudiada, no tenía un título universitario, pero tenía muchos temas de que hablar, quizás tenía el hábito de leer.

La cena termino y todos volvieron a sus casas, aquella noche James premió a Girasol con besos y caricias, que a ella una persona dulce la hicieron feliz.

Para el siguiente día en la mañana ella se levantó e hizo un desayuno para ella y su esposo, algo típico para ella, pero no para él.

Cuando él llegó a la mesa, ella su esposa estaba en pijamas, con un pequeño moño en su cabeza.

No recordaba haber visto así su mamá por eso el encantó de la noche anterior desapareció a tal grado que ni un beso le dio.

Ella lo vio salir sin decir nada, solo buscó aquel libro que estaba leyendo después de limpiar el desastre que había dejado en la cocina, pues ella no podía cambiar nada, ni si quiera en su habitación, porque seguía siendo de él.

Para tres meses después ya había aburrido la biblioteca, en realidad ya había leído de todo, su cerebro le pedía un descanso.

Ava aún no sabía que James se había casado, tampoco quería que se enterará.

Apenas iban tres meses de esa tortura de vivir con otra mujer y no de quién realmente estaba enamorado.

Aquella tarde se despidió de Ava con un beso en los labios.

- Nos vemos esta noche mi bombón – dijo Ava.

- Nos vemos más tarde amor, no me guardes cena, solo postre – dijo él para volverla a besar y salir del edificio. Era aún de tarde y fue directo a su casa.

No la encontró en la puerta, pero al pasar a biblioteca tampoco la vio.

La buscó en su habitación y en baño, pero aún no la encontraba, la laptop estaba sobre la cama.

El corazón le latía rápido, corrió por toda la casa sin encontrar a nadie hasta que llegó al Jardín trasero. Ella estaba al lado de unos girasoles que por primera vez veía.

A su lado estaban los del servicio viendo como ella posaba para la foto que le tomaba su primo William.

Él había dejado claro al servicio que solo él podía estar a solas con su mujer.

Por ello nadie había podido entrar a la casa y ella tampoco había podido salir.

-¿Que significa girasol?- Escuchó James la voz de un niño, al mirar un par de niños jugaban con una pelota cerca de Sol.

Él vio como su esposa sonrió.

-Seguidor del Sol, para las plantas, seguidor de Dios para los humanos- Respondió ella.

-Como tú - dijo el pequeño- Sigues a mi tía Sol y sigues a Dios y llevas a mi tía contigo.

Ella asintió, ese gesto tenía preocupada a Sol, su amiga era parlanchina y está chica frente a ella no había dicho más de cien palabras en toda la tarde.

- ¿Te sientes bien?- preguntó Sol.

- Si, solo que no tengo nada que contar, mi vida es muy monótona- dijo ella.

James que los escuchaba y observaba, pensó en qué quizás sería bueno que ella saliera, si los perros necesitan un paseo quizás ella también.

- ¿Y si vienes conmigo después del trabajo al Gym?- dijo Sol. Él vio allí la oportunidad perfecta, pues podría estar más con Ava.

- Me parece una buena idea – dijo él. Todo observaron en su dirección.

Ella lo miró cubriendo con su mano la luz del sol en su rostro, él le devolvió la mirada.

Una mirada que el por primera vez entendió.

¿estás seguro de eso?- preguntó ella con su mirada.

- Si, así te distraes, Girasol – dijo él, al terminar esas palabras todos corrieron a sus lugares.

Esa noche durante la cena conoció como sería Girasol con hijos y lo que vio le encantó.

Esa noche al ella subir a la habitación, la lleno besos, y por primera vez ambos se daban cuenta que al estar juntos los sonidos se escuchan, el placer que sentían sus cuerpos lo expresa el sonido de su boca.

Ella se quedó dormida y el sin importar el íntimo momento vivido fue a casa de Ava, donde al terminar de tener sexo, vio el desorden, pero se sintió vacío y le costó conciliar el sueño.

Al amanecer Girasol estaba despierta, se había despertado en la madrugada sola y entendió que eso es lo que seguiría ocurriendo por mucho que ella lo tratase bonito.

Para cuándo llegó James esa mañana la cama estaba hecha y el desayuno de él caliente y servido.

Su presencia no importaba así que salió de la casa, no iba a tomar un transporte, tampoco a comprar nada, apenas y sabía hablar el idioma.

Pero el simple hecho de salir la hizo sentir libre.

Él se sentó en la mesa y vio que ella no estaba.

Desayunó y corrió a su trabajo.

Durante todo el día no supo nada de su casa, ni si quiera en la noche, no hubo llamada para la cena y eso le extrañó.

Más raro fue para él cuando al acercarse a Ava, está simplemente dijo.

- Hoy no podemos vernos conejito, quedé con las chicas para ir al Gym – dijo ella, él asintió.

Recordó a esa chica que hoy iniciaba el Gym y condujo a dónde sabía que estarían.

Allí los vio los tres juntos, su primo haciendo pesas con su novia y su esposa en la caminadora.

Al lado de ella un hombre y tras de ella mirándola otro más.

Sintió su sangre hervir, esos hombres miraban a su esposa.

Se fue acercando poco a poco y vio como aquel hombre que tanto la había observado, se acercaba a buscarle conversación.

Se acercó por completo y colocándose frente a ella sacó todo de él.

-Amor llevó extrañándote todo el día – dijo, la saco de la máquina y la besó de forma un poco rústica.

Esa noche se dio cuenta que hay hombres que les gustan las mujeres de gran cuerpo.

Esa noche el solo analizaba como planificar su día, pues no podía dejar otro enamorará a Girasol, por lo menos hasta no tener el poder que tanto deseaba.

Ella decidió ser ella misma, tenía una computadora bloqueada y un teléfono dañado.

Así que solo limpió la habitación y fue a dónde estaban los girasoles, para luego salir a pasear.

Esa tarde por suerte uno de sus amigos la invitó a la iglesia, pronto iniciarían talleres y campamentos, eso la hizo más feliz.

Fue a entrenar, pensando como le diría a su esposo que necesitaba tener dinero y un teléfono, y más aún como le diría que se iba de campamento.

Aún no tenía una fecha, pero tenía un campamento pronto y eso es gasto.

Aquel día de trabajo iba todo tranquilo hasta que vio llegar a su padre vestido de traje, el hombre observó la oficina.

Su hijo no estaba enamorado, no había fotos de su esposa, él lo supo.

-Cuando me casé con tu madre era tan hermosa que coloqué una foto en cada parte de la casa y de esta oficina para que nadie se fijará en ella. – escucho a su padre. – cuando te casas por amor el color de tu esposa invade cada parte de tu vida y eso se refleja.

James se sintió descubierto.

-Aquí están llegando los cuadros que has pedido, primo – interrumpió William con su novia.

Él asintió.

- ¿Tanto así tardaron? ¿Vienen todos, incluyendo los de la casa? – preguntó James con una sonrisa.

- Si- respondió Sol. A ella le había encantado cada foto, siempre había admirado eso de su novio, era un gran hombre, hijo, sobrino, primo, abogado y fotógrafo.

Sol tomó la foto donde su mejor amiga aparecía rodeada de girasoles. Y la colocó en el escritorio.

- Entonces ya le puedo decir que venga a decorar conmigo la oficina y decorar la casa. – James . Su voz seguía siendo plana y sin emoción.

Ava entró y James al verla sonrió.

Su padre lo supo, él seguía de novio con Ava.

Lastima que su hijo no conocía lo que todos en aquella oficina si conocían.

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