El punto de vista de Caleb

No hay nada más satisfactorio que empezar el día complaciendo a tu mujer. Por suerte, Daphne había contratado a la empresa de catering para que estuviera disponible toda esta semana, así que sabía que nuestros invitados estaban siendo atendidos en el desayuno. Después de que Daphne y yo nos ducháramos y nos vistiéramos para el día, me despedí de ella con un beso y le di un buen golpe en el trasero. Ella ha organizado que las mujeres vayan al spa local y se dejen mimar. Yo era todo sonrisas mientras preparaba el papeleo para la primera ronda de reuniones con los Alfas. Hoy iba a ser un día productivo, pero bueno.

"Alfa Caleb, ¿puedo tener un momento de su tiempo?". Me interrumpió el Alfa Jerome preguntándome desde la puerta de mi despacho.

"Por supuesto, puedes. ¿Puedo ofrecerte una bebida?". Le ofrezco, pero niega con la cabeza mientras toma asiento cansado frente a mi escritorio.

"Envejecer es un infierno, hombre". Comienza con una risa. "Quería habl