Recordando

La otra personalidad del CEO

Capítulo 5

—Hijo —le dijo el sr. Freeman al hombre que estaba en la cama de la habitación, este le miro con cierta desconfianza, pero aquel que estaba allí era su padre, al menos hacía le habían dicho al menos una veintena de personas —. Siento que te encuentres en toda esta situación.

—No creo que sea su culpa. Todos me han dicho que usted es mi padre.

—Bueno, lo más importante es que tú lo creas, cualquier te puede decir muchas cosas. Bueno, una de las cosas más importantes es decirte que eres mi hijo, tal vez el segundo o quizás el primer hombre más poderoso de del mundo. Eres uno de los pocos que ha podido dirigir la empresa más grande del país de una forma tan increíble.

—Eso no lo sé muy bien, soy un hombre que ni siquiera sabe con certeza quien es.

—Bueno, déjame ponerte al corriente. Eres Stewart Freeman, mi hijo, además de ser uno de los pocos hombres que han logrado hacer cosas muy importantes. Gracias a ti más de la mitad de las personas de este país tiene un empleo. También eres el único que ha logrado mantener bajo control a todo un sistema diplomático que quiere sacarnos dinero.

—Eso suena muy grande, pero el problema es que no recuerdo nada de eso.

—Pensé que tu actitud prepotente desaparecía al menos.

—Lo siento señor.

—No te preocupes, todo esto está bien, siempre he podido ver todo lo que has logrado a pesar de tener un humor de los mil demonios, eres uno de los pocos hombres que son capaces de crear mundos que superan las expectativas de todos.

Con esas palabras Stewart entendió que su padre le amaba mucho, a pesar de que al parecer tenía un carácter pésimo, sin embargo también era un hombre que había logrado llegar a puntos dónde más nadie había logrado llegar.

—Gracias, me dice cosas muy hermosas.

—Son cosas reales, que tú has logrado. Pero vamos que te necesito recuperado lo más pronto posible.

A pesar de que podía hablar y tenía alguna movilidad el choque había sido muy fuerte por lo que aún no tenía movilidad entera en todo su cuerpo, esto le hacía que fuera mucho más difícil moverse e incluso sentirse bien.

—Padre, ¿Puedo llamarte así no?

—Sí… desde hace años que no lo hacías, hasta te había extrañado hijo mío.

—Lo siento, no sabía que llevaba tanto tiempo sin llamarle de esa forma —le dijo el CEO a su padre, mientras que estaba tratando de no saber qué era lo que ocurría con certeza, ya que no recordaba nada.

—No te preocupes, a pesar de verte confundido sé que eres en parte un nuevo hombre.

—Gracias por entender parte de este proceso.

—Tranquilo hijo.

Después de hablar un rato más, el padre trato de poner a su hijo al día con muchas cosas, siempre que pudo obvio aquellas partes cuando su hijo se comportaba como un idiota agresivo y sin compasión por quienes le rodeaban.

—Ahora tengo que irme, por favor desde de cuidarte, vendré temprano en la mañana. Estoy realmente muy exhausto por todo lo que ha sucedido.

—No te preocupes padre, espero poder recuperarme pronto.

—Gracias por todo, lo mejor será que esperemos un tiempo para que vuelvas a casa.

—Padre, tenemos que esperar hasta que sea dado de alta, y eso solo depende de los médicos.

—Sí, tienes toda la razón, lo siento mucho.

—Tranquilo padre —dijo el CEO sutilmente.

—Bien, me iré no se preocupe.

Así el Sr. Freeman salió de la habitación, al termina de salir se percató de que estaban varias enfermeras esperando en la salida de la habitación.

—Señor, buenas noches. Estos mis papeles para que por favor me tenga en cuenta al momento de seleccionar a alguien para que cuide de su hijo mientras está en casa.

—Señor, por favor también tome en cuenta el mío.

—¡El mío también por favor!

Todas las enfermeras, estaban colocando en las manos del Sr, sus papeles para que fueran todas contratadas por el Sr. Freeman para cuidar a su hijo, todas querían hacerse cargo de él cuando fuera dado de alta.

—¡Oh! Está bien chicas, las tomaré a todas en cuenta para contratar a alguna.

—Gracias señor.

Salió rápidamente del hospital, cuando salió se encontró con su chofer quien le abrió rápidamente la puerta de su coche.

—Señor, tenemos varias actividades que realizar.

—Quiero que lo primero que hagamos sea ir a casa, tengo que descansar un poco, realmente estoy muy cansado.

—Señor, la empresa se ha encontrado en grandes problemas.

—¿A qué te refieres?

—Señor, la empresa ha tenido un problema de manejo con los directores, esto debido a que uno de los directores ha querido conocer cada uno de los libros de cuentas. Allí dijo que hubo un mal manejo por parte de varios empleados, por lo que se requiere de inmediato la presencia del CEO, pero como se encuentra internado justo ahora debe de ir usted señor.

—Ya iré luego Iván.

—Está bien señor, yo solo cumplo con avisarle, por favor esté al tanto. No creo que desaprovechen la oportunidad para arremeter en su contra, y además de eso tratar de que venda las acciones, sabe que eso es lo que han querido desde hace algún tiempo.

—Lo sé, no te preocupes, estoy preparado para eso y para otras cosas en algunos cosas mucho peores —dijo el sr. Freeman confiado, pero no sabía que en realidad todos habían esperado que fueran mucho menos inteligentes, y ya se había abierto un proceso en su contra dentro de la junta.

El auto arrancó, nadie habló de nuevo, y así fue durante unos buenos minutos, hasta que por fin llegaron a la casa, el silencio abundaba. El sr. Freeman se bajó del auto, llegó a la casa, estaba vacía como de costumbre, solo estaban las personas que eran las que se encargan de los servicios de la casa, una de las chicas apareció de repente frente a él.

—Buenas noches señor, ¿Cómo se encuentra el joven sr. Freeman?

—Buenas noches Margarita. Ha estado mejor, no tanto cómo quisiera pero al menos recuperó la conciencia.

—Eso me alegra Sr. Freeman, por favor deme su saco, me haré cargo de él.

—No te preocupes Margarita, yo me haré cargo de él.

—Sr. Freeman, lo estuvieron buscando.

—¿Quién?

—Varios de los directores de la compañía, dijeron que era necesario que fueran lo más rápido posible a la empresa, aunque no me dijeron ninguna razón específica, sin embargo uno de ellos dejó esta carta para usted.

El Sr. Freeman tomó la carta, la abrió leyó su contenido y quedo boquiabierto al leer lo que allí se escribía.

—Señor, ¿se encuentra bien? —cuestionó Margarita.

—Sí, solo que no pensé que todas las personas fueran a estar en mi contra, y menos de esta form

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