´Pobre Atenea´

—¿Cómo te va? ¿Aún no ha hablado contigo? —preguntó Sekani, asustándome un poco.

Me giré para mirarlo y me encogí de hombros.

—Todavía no. Anoche no durmió en nuestra tienda —mi mano fue involuntariamente a mi estómago. Los ojos de Sekani se posaron en él.

—¿Ya se lo has dicho? —hizo un gesto hacia mi estómago.

Suspiré y miré la espalda de Karim. Él me estaba apoyando y hablando con algunos guerreros.

—Me duele mucho hablar de esto con él. Me dolerá mucho si dice que no es el padre.

—Eso es lo que piensas. Decirle que llevas en brazos a su cachorro podría hacerle recordar.

Me estaba poniendo sombría al hablar de la situación actual, así que lo cambié y Sekani entendió y me siguió el juego. Nunca creí que no me recordaría. Habían pasado dos días desde que despertó, pero afirmó que no podía reconocer quién era yo; incluso cuando Jago le dijo que yo era su Luna, él dijo que no lo era.

No quería llorar por eso. Sé que tendré que encontrarle una solución. La gente está reconstruyendo la ma
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